Dietas caseras: ¿buenas o malas?
Escrito por Marjorie Chandler
Los veterinarios a menudo se encuentran frente a propietarios que quieren alimentar a su mascota con una dieta casera; este artículo analiza las posibles ventajas e inconvenientes de este tipo de alimentación.
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Puntos clave
Aunque las dietas caseras se utilizan menos que las comerciales, algunos propietarios pueden utilizarlas porque consideran que es la mejor opcin y desconfan de los alimentos comerciales.
La mayora de las recetas caseras disponibles en pginas web y libros no cubren las necesidades nutricionales de los perros y gatos y pueden causar enfermedades.
Cuando se utilizan alimentos crudos existe el riesgo potencial de contaminacin por bacterias patgenas y de excrecin fecal de patgenos, poniendo en riesgo tanto a los propietarios como a otras personas.
Comprender la eleccin del propietario en cuanto a la alimentacin de su mascota y mantener con l una comunicacin ofreciendo informacin clara y sensible es necesario para garantizar una alimentacin completa y equilibrada de las mascotas.
Introducción
El término “casero” aplicado a la alimentación de mascotas hace referencia a cualquier dieta no comercial, abarcando todo un amplio rango de posibilidades, desde una dieta exclusivamente a base de carne hasta dietas vegetarianas o veganas, incluyendo ingredientes tanto cocinados como crudos. La mayoría de los propietarios que deciden elaborar la dieta de sus mascotas quieren ofrecer a su perro o gato lo que consideran una excelente nutrición. Aunque pueden consultar con un veterinario especialista en nutrición®, también, y más probablemente, obtengan recetas de libros, Internet, amigos u otras personas que carecen de la adecuada formación o base científica en nutrición de pequeños animales. En este artículo se describe de forma generalizada este tipo de alimentación, analizando los posibles riesgos y beneficios.
Los propietarios muchas veces modifican las recetas caseras recomendadas, lo que se conoce como deriva de la dieta. Estas modificaciones pueden consistir en cambios en cantidades de ingredientes, sustitución de ingredientes u omisión de suplementos. Cualquier variación puede alterar la composición nutricional de una dieta y convertirla potencialmente en inadecuada.
Prevalencia de las dietas caseras
Determinar con exactitud el número de mascotas que se alimentan con una dieta casera puede resultar complicado. Por ejemplo, en una encuesta realizada en el 2008 a propietarios que residían en EE. UU. y Australia, se encontró que más del 93,2% de los perros y del 98,9% de los gatos se alimentaban, al menos en parte, con alimentos comerciales [1]. Sin embargo, el 30,6% de los perros y el 13,1% de los gatos también recibían sobras de la mesa y alimentos caseros y la dieta principal del 16,2% de los perros y del 9,6% de los gatos incluía huesos o alimentos crudos. Más del 80% de los propietarios que daba huesos o alimentos crudos en la dieta de sus mascotas residía en Australia. Menos del 3% de los propietarios alimentaba a sus mascotas exclusivamente con dietas caseras y aproximadamente el 7% de los perros se alimentaban con al menos la mitad de su alimentación como comida casera.
En otro estudio del mismo año se encontró que el 95,5% de los propietarios de gatos utilizaban productos comerciales y solo el 2,7% una dieta no comercial, según los criterios del estudio, mientras que el 86,8% de los propietarios de perros se clasificó en el estudio como usuario de “alimentos comerciales”, el 10,0% como usuario de “alimentos no comerciales” y el 3,2% restante no pudo clasificarse en ninguna de estas categorías por no cumplir con los criterios requeridos [2]. En otro estudio internacional más reciente se reportó que el 79% de los perros y el 90% de los gatos consumían alimentos comerciales convencionales, pero solo de forma exclusiva en el 13% de los perros y el 32% de los gatos [3]. Al 64% de los perros y al 46% de los gatos se les ofrecía comida casera, recibiendo el 66% de los perros y el 53% de los gatos comida cruda. Al igual que en el estudio anterior, la alimentación casera y/o cruda era más prevalente en Australia, existiendo obviamente importantes diferencias geográficas en cuanto a las costumbres relativas a la alimentación de las mascotas. A diferencia de los estudios anteriores, en Sri Lanka, se reportó que el 42% de los perros recibía alimentos caseros, mientras que solo el 18% recibía alimentación comercial y el 40% restante se alimentaba combinando ambas opciones. Además, en el mismo estudio se encontró que el 49% de los perros, además de su dieta habitual, recibía leche y el 57% recibía suplementos nutricionales [4].
En general, estas y otras encuestas indican que la prevalencia de perros alimentados con dietas caseras puede ser de alrededor del 7-10% y la de gatos de menos del 4%; sin embargo, es posible que estos resultados no reflejen a la población total, debido al sesgo en los encuestados. Por ejemplo, en uno de los estudios anteriores [3], los propietarios que participaron en la encuesta fueron autoseleccionados a través de grupos de redes sociales con interés por los perros y los gatos. Este tipo de muestreo puede influir en los resultados debido a la retroalimentación de ciertos sectores de población con cierto sesgo; por ejemplo, los propietarios que utilizan dietas caseras pueden estar más interesados en rellenar una encuesta sobre el tipo de alimentación de sus mascotas o, por el contrario, pueden no querer reflejar en una encuesta sus costumbres en cuanto a la alimentación, por lo que es difícil determinar el porcentaje real de propietarios que utilizan dietas caseras para sus mascotas.
¿Por qué elegir una dieta casera?
Las mascotas muchas veces son consideradas como un miembro más de la familia y el tipo de alimentación elegido para ellas puede reflejar las creencias culturales, las ideologías y la identidad del propietario. Por tanto, las personas pueden querer alimentar a sus animales siguiendo su propia filosofía respecto a la alimentación, utilizando, por ejemplo, alimentos veganos, orgánicos o naturales. La humanización de las mascotas hace que resulte atractiva la idea de alimentar al perro o gato con una dieta parecida a la del propietario. Otros motivos por los que se utilizan alimentos caseros incluyen la palatabilidad (es decir, la posibilidad de elegir los alimentos preferidos de la mascota), la desconfianza y/o malinterpretación sobre el procesado de los alimentos comerciales, el deseo de excluir ciertos ingredientes (como cereales, subproductos o derivados de la carne) o de querer controlar “mejor” la dieta de la mascota (Figura 1). Los propietarios también han indicado que, entre otros motivos, utilizan alimentos crudos o caseros porque quieren mimar a su mascota, les preocupa que los alimentos comerciales puedan ser menos saludables o nutritivos de lo deseado, o porque quieren obtener un beneficio médico, real o percibido [2] (Tabla 1).
Tabla 1. Algunos motivos mencionados por propietarios para administrar dietas caseras.
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• Palatabilidad – poder elegir ingredientes preferidos por la mascota
• Voluntad de mimar a la mascota • Adaptación a la filosofía del propietario, p.ej., dieta vegetariana, orgánica • Desconfianza o malentendido respecto al procesado de los alimentos para mascotas o idea de que los alimentos procesados (cocinados) no son saludables • Desconfianza en las empresas de alimentos para mascotas • Querer excluir ingredientes, p.ej., cereales, subproductos • Querer controlar la dieta • Querer proporcionar una dieta alta en proteínas o “carnívora” al perro • Uso para un objetivo nutricional específico cuando no se dispone de una dieta comercial, p. ej., comorbilidades o reacciones adversas a múltiples ingredientes |
En al menos un estudio se ha sugerido que existe una relación entre la preocupación de los propietarios respecto a los alimentos comerciales y la utilización de dietas caseras. Los propietarios que ofrecían una dieta en la que como mínimo el 50% era no comercial estaban más preocupados y tenían más dudas sobre los alimentos comerciales para mascotas, su procesado y la industria alimentaria, que los propietarios que utilizaban una dieta en la que los alimentos comerciales representaban como mínimo el 75% [2]. Los propietarios que ofrecían alimentos no comerciales también mostraban una mayor inclinación hacia la alimentación cruda y casera que los que utilizaban alimentos comerciales. Los propietarios que utilizaban dietas caseras mostraban una mayor tendencia a pensar que los alimentos comerciales no eran saludables, que los nutrientes esenciales se destruían durante el proceso de cocción y que los alimentos orgánicos eran más seguros y saludables que otros alimentos. Algunas personas también disfrutan preparando la comida de su mascota, lo que podría influir en las respuestas [2].
Los defensores de la alimentación cruda creen que los alimentos crudos y altos en proteínas son más naturales y es un tipo de alimentación más parecida a la de los cánidos y félidos salvajes [1]. En un estudio con 218 propietarios que alimentaban a sus perros con dieta cruda, el 26% indicó que el principal motivo de utilizar esta alimentación era respetar la naturaleza carnívora del perro, el 24% mejorar la salud del animal, el 21% por problemas con alimentos comerciales en el pasado, el 19% falta de confianza en los alimentos comerciales, el 6% porque el perro no comía alimentos comerciales y el 4% por otro motivo [5]. El 57% de estos propietarios pensaba que la principal ventaja de la alimentación cruda era el control total de la dieta y el conocimiento de su composición, mientras que el 23% indicó que prefería que las proteínas animales fueran el principal componente de la dieta; el 11% indicó que la ventaja principal era el mayor tiempo que pasaba el perro comiendo junto su aparente mayor satisfacción. Solo el 3% de los encuestados consideró la buena palatabilidad como ventaja, el 1% la ausencia de carbohidratos y el 1% el hecho de que los alimentos fueran crudos.
Dietas caseras como tratamiento dietético
Aunque existe una amplia variedad de alimentos comerciales para perros y gatos sanos y para los que requieren tratamiento dietético, las dietas caseras pueden ser útiles en determinados individuos para los que no hay disponible una opción comercial adecuada a sus problemas específicos. Por ejemplo, para un perro con pancreatitis crónica y enfermedad renal, un veterinario especialista en nutrición® puede formular una dieta casera adecuada, baja en grasas y en fósforo o en ciertos trastornos intestinales, como en la linfangiectasia, dónde puede ser útil una dieta casera con un menor contenido en grasa que el de los alimentos comerciales. Algunos animales presentan reacciones adversas a varios componentes del alimento y se pueden beneficiar de este tipo de dietas. Las dietas caseras también pueden resultar más palatables en algunas situaciones, ya que los propietarios (y sus mascotas) pueden elegir sus ingredientes de preferencia; esto puede ser especialmente útil en animales enfermos con el apetito reducido, como en caso de enfermedad renal crónica, aunque también puede ser perjudicial en otros casos como en animales con sobrepeso.
Se ha sugerido que las dietas caseras pueden ser más digestibles que los alimentos comerciales, tanto secos como húmedos, favoreciendo la formación de heces de mejor calidad o de menor tamaño. Sin embargo, existen varios factores que afectan a la digestibilidad del alimento, incluyendo los ingredientes, la cantidad y el tipo de fibra y las diferentes técnicas de procesado térmico. En un estudio en gatos, se comparó la digestibilidad aparente fecal de un alimento seco, una dieta cruda y la misma dieta cruda, pero cocinada, y se observó que la digestibilidad fue mayor con las dietas crudas y caseras, que con el alimento seco [6]. En otro estudio con gatitos, se comparó la digestibilidad fecal de dos dietas crudas y un alimento seco y se observó que la digestibilidad de la materia orgánica, las proteínas y la energía fue mayor con las dietas crudas, obteniéndose heces más pequeñas, pero sin diferencias en cuanto a la puntuación fecal [7]. En estos estudios se compararon dietas con varios ingredientes y diferentes tipos de procesado, por lo que los efectos del procesado por sí solo son difíciles de determinar.
Siempre que la digestibilidad del alimento sea lo suficientemente alta como para proporcionar una nutrición adecuada, una mayor digestibilidad no es algo necesariamente beneficioso para todos los animales. Los animales con sobrepeso, que necesitan una menor densidad calórica, y los animales que necesitan mucha fibra para mantener la salud del colon, pueden beneficiarse de un aumento de fibra dietética en la dieta que tendrá una menor digestibilidad. Por el contrario, algunos animales con ciertas enfermedades intestinales o que necesitan una mayor densidad calórica pueden beneficiarse de una dieta de elevada digestibilidad.
Potenciales problemas de las dietas caseras
Desequilibrios nutricionales
Existen numerosos casos clínicos y series de casos publicados de problemas relacionados con alimentación casera nutricionalmente desequilibrada y/o incompleta (Tabla 2). Muchos de estos casos son cachorros o gatitos en crecimiento, en los que los desequilibrios nutricionales son más críticos, pero también se han descrito casos en perros y gatos adultos [8],[9]. La enfermedad ósea metabólica y el hiperparatiroidismo nutricional secundario se produce cuando hay una deficiencia de calcio o una relación inadecuada calcio/fósforo en la dieta (Figura 2), y además pueden desarrollarse junto con raquitismo por deficiencia de vitamina D. Entre las anomalías descritas en perros alimentados con dietas caseras se encuentran la hipovitaminosis D, la hipocalcemia, la deficiencia de vitamina A [10], la hiponatremia, la hipocloremia, la hiperfosfatemia y la deficiencia de taurina [11]. En gatitos se ha reportado el desarrollo de enfermedades esqueléticas relacionadas con la alimentación con dietas caseras desequilibradas por deficiencia de calcio y/o vitamina D [12]. Se ha descrito panesteatitis, por consumo de dietas altas en grasas e insuficiencia de vitamina E, en gatos alimentados con una dieta casera desequilibrada [13]. Una dieta para gatos que principalmente esté elaborada con hígado puede provocar hipervitaminosis A, con la consecuente presencia, de manera irreversible y extensa, de osteofitos óseos y exostosis, causando dolor y cojera en el animal. Evidentemente, también existen muchos otros casos relacionados con la nutrición que no se notifican, por lo que se desconoce la prevalencia real de estos trastornos.
Tabla 2. Deficiencias nutricionales frecuentes en dietas caseras para mascotas sanas.
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• Calcio
• Vitamina D • Zinc • Ácidos grasos esenciales (ác. linoleico, ácidos grasos omega-3) • Vitamina E • Colina • Cobre • Hierro • Tiamina • Manganeso • Selenio |
Análisis nutricional de las dietas caseras
En varios estudios se han analizado recetas de dietas caseras y en todos ellos se han identificado deficiencias en la mayoría de las recetas publicadas [14],[15],[16] (Figura 3). En un estudio se analizaron 200 dietas caseras de mantenimiento para perros (64,5% elaboradas por veterinarios y el 35,5% por no veterinarios) obtenidas de 34 orígenes diferentes y se determinó que la mayoría no eran nutricionalmente completas [14]. De estas recetas, el 92% contenía instrucciones imprecisas o incompletas (por ejemplo, respecto a los ingredientes, el método de preparación y los suplementos) y el 29% omitía la incorporación de suplementos nutricionales. Las calorías aportadas por cada receta variaban entre 380 y 16.348 kcal, en el 95% de las recetas al menos un nutriente esencial se encontraba por debajo del nivel recomendado por el NRC* o la AAFCO** y el 83,5% presentaba múltiples deficiencias nutricionales. Las deficiencias más frecuentes fueron la falta de vitamina D, vitamina E, zinc, colina, cobre, ácidos grasos omega-3 y calcio. Un estudio que incluyó 114 recetas de dietas caseras para gatos encontró de modo similar que las instrucciones eran imprecisas e inadecuadas y se produjeron deficiencias nutricionales, especialmente en colina, hierro, tiamina, zinc, manganeso, vitamina E y cobre. Ninguna de las recetas cumplía con las recomendaciones nutricionales del NRC [16].
* NRC = National Research Council
** AAFCO = Association of American Feed Control Officials
Respecto a las dietas terapéuticas, en otro estudio se reportó que, de las 67 recetas de dietas renales caseras para perros y gatos (obtenidas de libros veterinarios, libros para propietarios de mascotas y páginas web), ninguna cumplía con todas las recomendaciones nutricionales del NRC. Las deficiencias de aminoácidos fueron frecuentes y muchas recetas eran bajas en colina, selenio, zinc y calcio [17]. Sin embargo, en un estudio se describió el caso de 18 perros con ERC e hiperpotasemia que habían sido alimentados con dietas renales comerciales; al cambiar la dieta, bajo la supervisión de un veterinario especialista en nutrición® por una dieta casera para la enfermedad renal y baja en potasio, las concentraciones séricas de potasio volvieron a la normalidad en todos los perros, excepto en uno, en el transcurso de una o dos semanas [18].
Muchas recetas publicadas incluyen el uso de suplementos de vitaminas y minerales inespecíficos. Estos suplementos pueden variar en su composición y, la mayoría de los que se encuentran a la venta para perros y gatos, no se han formulado para utilizarse con dietas caseras. Además, algunos suplementos formulados para personas pueden tener un nivel de vitamina D excesivo para los perros y los gatos. También, es poco probable que los suplementos para personas contengan taurina, que es esencial para los gatos y las dietas caseras pueden no aportar la suficiente cantidad de este nutriente. Por ejemplo, en un estudio se demostró que las muestras de conejo entero no cubrían las necesidades recomendadas de taurina, aportando entre el 20-90% del valor mínimo recomendado [19].
A menudo se ha sugerido que alternar entre dietas con fórmulas diferentes proporciona una variedad de nutrientes que compensa cualquier deficiencia en una de ellas, pero en un estudio se analizó el efecto de rotar siete recetas diferentes y se demostró que las deficiencias no se corregían [14]. Muchas recetas caseras presentan deficiencias similares (p. ej., zinc), por lo que alternar entre unas y otras no proporciona una alimentación completa y equilibrada.
Figura 3. Resultados del análisis informático mediante el programa BalanceIt® de una receta de una dieta casera para perro adulto en internet a base de pavo, arroz y una mezcla de verduras. Las cifras en gris indican un nivel suficiente de un nutriente determinado, mientras que las en rojo indican un nivel deficiente.
Credit: Balanceit.com
| Nutriente | % del requerimiento | Cantidad (por Mcal) |
Rango |
|---|---|---|---|
| Proteína | 170,4% | 76,702 g | 45 a (no máx.) g |
| Arginina | 434,1% | 5,556 g | 1,28 a (no máx.) g |
| Histidina | 458,9% | 2,203 g | 0,48 a (no máx.) g |
| Isoleucina | 362,9% | 3,448 g | 0,95 a (no máx.) g |
| Leucina | 364,6% | 6,199 g | 1,7 a (no máx.) g |
| Lisina | 391,3% | 6,182 g | 1,58 a (no máx.) g |
| Metionina | 246,8% | 2,049 g | 0,83 a (no máx.) g |
| Metionina– cistina | 176,0% | 2,869 g | 1,63 a (no máx.) g |
| Fenilalanina | 276,2% | 3,121 g | 1,13 a (no máx.) g |
| Fenilalanina – tirosina | 312,2% | 5,776 g | 1,85 a (no máx.) g |
| Treonina | 283,2% | 3,398 g | 1,2 a (no máx.) g |
| Triptófano | 218,8% | 0,875 g | 0,4 a (no máx.) g |
| Valina | 301,4% | 3,707 g | 1,23 a (no máx.) g |
| Lípidos totales | 189,7% | 26,181 g | 13,8 a (no máx.) g |
| Carbohidratos | 100,0% | 114,014 g | 0 a (no máx.) g |
| Colina | 81,4% | 273,063 mg | 335,429 a (no máx.) mg |
| Folato | 162,3% | 87,653 mcg | 54 a (no máx.) mcg |
| Niacina | 780,7% | 26,543 mg | 3,4 a (no máx.) mg |
| Ácido pantoténico | 132,6% | 3,978 mg | 3 a (no máx.) mg |
| Riboflavina | 69,6% | 0,905 mg | 1,3 a (no máx.) mg |
| Tiamina | 124,2% | 0,696 mg | 0,56 a (no máx.) mg |
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Vitamina A
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185,5% | 695,680 mcg | 375 a 18750 mcg |
| Vitamina B12 | 41,7% | 0,003 mg | 0,007 a (no máx.) mg |
| Vitamina B6 | 549,0% | 2,086 mg | 0,38 a (no máx.) mg |
| Vitamina E | 11,8% | 1,477 IU | 12,5 a (no máx.) UI |
| Calcio | 14,3% | 0,179 g | 1,25 a 6,25 g |
| Cloro | 219,0% | 0,657 g | 0,3 a (no máx.) |
| Cobre | 49,5% | 0,906 mg | 1,83 a (no máx.) mg |
| Iodo | 0,0% | 0,000 mg | 0,25 a 2,75 mg |
| Hierro | 73,7% | 7,368 mg | 10 a (no máx.) mg |
| Magnesio | 181,5% | 0,272 g | 0,15 a (no máx.) g |
| Manganeso | 328,7% | 4,102 mg | 1,25 a (no máx.) mg |
| Fósforo | 97,6% | 0,976 g | 1 a 4 g |
| Potasio | 86,3% | 1,295 g | 1,5 a (no máx.) g |
| Selenio | 126,2% | 0,101 mg | 0,08 a 0,5 mg |
| Sodio | 146,0% | 0,292 g | 0,2 a (no máx.) g |
| Zinc | 52,9% | 10,580 mg | 20 a (no máx.) mg |
| Ratio Ca:P | 100,0% | 0,183 | 0 a 2 n/a |
| EPA + DHA | 100,0% | 0,042 g | 0 a 10.53 g |
| Vitamina D | 14,0% | 17,642 IU | 125 a 750 UI |
Formulación de las dietas
Incluso con las dietas bien formuladas se pueden producir desequilibrios, puesto que la dieta administrada se corresponderá a la receta formulada mediante un sistema informático siempre que los ingredientes usados en esa receta sean consistentes con los de la base de datos usada. En un estudio se ha demostrado una buena consistencia entre el análisis químico de las dietas y el análisis informático [14], pero es posible que los propietarios no elijan exactamente el mismo ingrediente recomendado y, por ejemplo, la cantidad de grasa de la carne picada puede variar considerablemente. Concretamente, los propietarios muchas veces modifican las recetas caseras, lo que se conoce como la deriva de la dieta o receta. Las modificaciones pueden consistir en cambiar cantidades de ingredientes, agregar, omitir o sustituir ingredientes, u omitir o cambiar suplementos nutricionales. Cualquiera de estas variaciones puede alterar la composición nutricional de una dieta y potencialmente convertirla en inadecuada.
También se han identificado problemas nutricionales en los alimentos comerciales para mascotas; por ejemplo, en EE. UU. se encontró un nivel de tiamina (vitamina B1) inferior al mínimo recomendado por la AAFCO en 12 de 90 alimentos enlatados para gatos, especialmente en productos tipo paté y en productos fabricados por empresas pequeñas [20]. Se han retirado del mercado alimentos para mascotas relacionados con un exceso de vitamina D cuando, por ejemplo, se produce un error en una premezcla utilizada para alimentos para perros. Estos errores se deben detectar en las pruebas de calidad y en su caso se procede con la retirada y eliminación de los lotes afectados. Por tanto, dado el potencial desequilibrio en las raciones es especialmente importante realizar controles de calidad y análisis nutricionales regulares en los alimentos para mascotas. Esta es una desventaja inherente de las dietas caseras, puesto que no se realizan controles de calidad cuando se preparan y, a diferencia de los alimentos comerciales, no se suelen hacer análisis de las recetas para comprobar su equilibrio nutricional o su seguridad. Básicamente, “la prueba de alimentación” se realiza en el propio animal. Incluso si el propietario elige correctamente los ingredientes y no cambia la receta, no se puede garantizar una correspondencia exacta con la base de datos, especialmente a largo plazo, puesto que los proveedores pueden realizar cambios en los alimentos según su disponibilidad. Esto es especialmente importante en el caso de dietas caseras para animales enfermos, puesto que puede verse afectado el tratamiento de la enfermedad.
Coste
Otro de los motivos por los que los propietarios pueden preferir las dietas caseras es porque piensan que pueden ahorrar dinero; sin embargo, en un estudio se demostró que las dietas caseras para perros suelen ser más caras que los alimentos secos comerciales, aunque más económicas que algunos alimentos húmedos [21].
Riesgos de los alimentos crudos
Las dietas caseras pueden incluir huesos y productos cárnicos crudos. Masticar huesos grandes no proporciona suficiente calcio, no previene la placa dental ni la periodontitis y puede causar fracturas dentales. Las dietas a base de carne cruda, ya sean caseras o comerciales, pueden suponer un riesgo para la salud, tanto de los perros y gatos como de sus propietarios, debido a su potencial contaminación con patógenos. Aunque ocasionalmente también se ha reportado, la contaminación en alimentos comerciales secos para mascotas es poco frecuente, puesto que los productos se procesan a altas temperaturas que eliminan las bacterias. La contaminación es incluso menos probable en los alimentos enlatados sin abrir, debido al proceso de esterilización. Se ha reportado en numerosas ocasiones que la contaminación microbiológica es mucho más probable en los alimentos crudos; por ejemplo, en varios estudios se ha observado que los alimentos comerciales crudos, ya sean congelados o liofilizados, estaban contaminados con diversos patógenos zoonóticos bacterianos y parasitarios [22],[23].
El porcentaje de dietas caseras crudas contaminadas no se puede determinar al no realizarse un control, pero la prevalencia de productos cárnicos y avícolas para consumo humano contaminados sí es conocida. En un metaanálisis de 78 estudios de 21 países europeos se demostró que el principal patógeno encontrado fue Staphylococcus aureus, detectándose en el 38,5% de la carne de ave (en un rango del 25,4-53,4%), seguido de especies de Campylobacter en el 33,3% (22,3-46,4%). Listeria monocytogenes y Salmonella spp. tenían una menor prevalencia, del 19,3% (14,4-25,3%) y el 7,1% (4,60-10,8%), respectivamente [24].
Es importante señalar que los propietarios pueden no observar signos clínicos evidentes de infección bacteriana en animales que hayan consumido alimentos crudos contaminados, pero los patógenos pueden estar eliminándose a través de las heces y la saliva. La excreción fecal de patógenos constituye un peligro para la salud pública y para los miembros del hogar, especialmente para las personas inmunodeprimidas, jóvenes, mayores o embarazadas. Los alimentos crudos también pueden contribuir a la aparición de resistencias bacterianas a antibióticos; estos alimentos se han identificado como factor de riesgo de la diseminación de Enterobacteriaceae productoras de betalactamasas de amplio espectro en los gatos domésticos [25].
Discutir la elección de la dieta con el propietario
Los propietarios pueden estar firmemente convencidos de su elección sobre la alimentación de su mascota, por lo que hablar de nutrición con ellos puede ser un desafío. Es importante preguntar al propietario sobre la alimentación del perro o gato como parte de la evaluación nutricional y se debe mantener una conversación sin prejuicios sobre los motivos de la alimentación elegida (Figura 4). Los propietarios pueden tener una percepción errónea sobre los ingredientes o el procesado de los alimentos comerciales y pueden obtener sus propios “datos” a partir de información parcial, sesgada o errónea de internet o libros, por lo que puede ser adecuado preguntarles si quieren recibir más asesoramiento. Particularmente, si se sospecha que la dieta elegida puede no ser completa o equilibrada, como en el caso de la mayoría de las dietas caseras, puede ser útil proporcionar información sobre las necesidades nutricionales del animal y ante el riesgo o la presencia de un trastorno relacionado con la alimentación (como el hiperparatiroidismo nutricional secundario en un animal joven), existe cierta urgencia en corregir la dieta. La información proporcionada de forma muy visual y por escrito es más efectiva que la información únicamente verbal, ya que puede no recordarse correctamente o malinterpretarse.
El personal del centro veterinario debe entender que el propietario probablemente ha hecho su elección de dieta pensando que era lo mejor para su mascota. Se deben destacar los aspectos positivos del manejo y cuidado del animal; si el propietario siente que se le juzga por tratar mal a su mascota, lo más seguro es que se ponga a la defensiva, siendo menos probable que realice las modificaciones dietéticas necesarias. Una vez que el propietario está dispuesto a aceptar un cambio en la alimentación, se debe diseñar un plan para realizar la transición a una dieta completa y equilibrada, que puede ser un alimento comercial, una dieta casera y un suplemento nutricional utilizando un programa informático, como el proporcionado en páginas web de buena reputación (p. ej., Balanceit.com), o una dieta casera formulada por un veterinario especialista en nutrición®.
Conclusión
Si bien los propietarios pueden elegir alimentar a su mascota con una dieta casera porque creen que es la opción más saludable, o posiblemente la única, deben ser conscientes de los posibles riesgos asociados además de las ventajas percibidas. En definitiva, la dieta siempre debe ser lo más segura posible en cuanto a patógenos y proporcionar una nutrición completa y equilibrada, incluyendo los suplementos nutricionales necesarios. El clínico debe tratar de incluir el asesoramiento nutricional siempre que sea apropiado durante las consultas, ya que, de no hacerlo, el animal podría sufrir un trastorno relacionado con la alimentación a corto o largo plazo.
Marjorie L. Chandler
DVM, MS, MANZCVS, Dip. ACVN, Dip. ACVIM, MRCVS
Reino Unido
La Dra. Chandler obtuvo la licenciatura en Ciencias por la Universidad Estatal de California y el Máster en Ciencias y la licenciatura en Veterinaria por la Universidad Estatal de Colorado (CSU). Tras dedicarse durante varios años a la clínica veterinaria realizó las residencias en Medicina Interna y Nutrición Clínica de Pequeños Animales en la CSU y en la Universidad de Massey en Nueva Zelanda. Es diplomada por el ACVIM y por el ACVN, miembro del ANZCVS, presidenta del Comité Asesor Científico de FEDIAF, miembro fundador del Grupo de Formadores en Nutrición Veterinaria y copresidenta del Comité de Nutrición Global de WSAVA. Actualmente trabaja como nutrióloga clínica y especialista en medicina interna en hospitales de referencia del Reino Unido.
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