El papel del auxiliar veterinario en la rehabilitación canina
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Puntos clave
Los auxiliares veterinarios pueden desempear un papel fundamental en la recuperacin de trastornos ortopdicos y neurolgicos, as como en el tratamiento de animales de edad avanzada.
El masaje teraputico es parte integral del enfoque multimodal para el manejo del dolor y el aumento de la movilidad.
Los ejercicios son una parte crtica del plan de rehabilitacin y se pueden realizar en casa, enfocndose en opciones eficientes que requieren un equipamiento mnimo.
Cada paciente de rehabilitacin necesita un plan de nutricin adecuado a sus necesidades individuales para obtener unos resultados ptimos.
Introducción
En medicina humana, la fisioterapia ha demostrado ser una parte exitosa de muchos programas de rehabilitación para lesiones y afecciones crónicas. Lo mismo ocurre en medicina veterinaria, ya que el manejo de determinadas afecciones ortopédicas y neurológicas requiere un plan de rehabilitación individualizado y, por este motivo, esta especialidad ha ganado popularidad en los últimos años. Los beneficios de la fisioterapia son numerosos e incluyen la recuperación de la movilidad y el manejo del dolor asociado a enfermedades crónicas [1]. La rehabilitación incluye varias modalidades diseñadas para aliviar el dolor, aumentar el flujo sanguíneo y reducir la inflamación, entre otros beneficios. Se recomienda que la rehabilitación física sea realizada por un veterinario especialista; no obstante, si las normativas locales lo permiten, también la puede llevar a cabo un auxiliar veterinario, certificado o acreditado y con experiencia en rehabilitación física veterinaria, o un fisioterapeuta con conocimientos en anatomía y fisiología animal. Cuando la rehabilitación no la realice un veterinario será necesaria la supervisión veterinaria para proporcionar la atención adecuada [2].
Masaje terapéutico
El masaje terapéutico es una técnica sencilla y efectiva para fomentar el vínculo entre los tutores y sus mascotas. Se caracteriza por la manipulación terapéutica de los tejidos blandos, lo que genera impactos positivos a nivel mecánico, fisiológico y psicológico [3]. El masaje puede ser beneficioso en caso de osteoartritis, tras una cirugía ortopédica o en un perro que no puede caminar, entre otros casos. El objetivo principal es aumentar la movilidad, mejorar el rango de movimiento (ROM, por sus siglas en inglés) y reducir la rigidez. Entre las diversas técnicas descritas en la literatura, en este artículo se abordan tres: las compresiones, la terapia de puntos gatillo y el masaje de fricción. Se recomienda comenzar cada sesión de masaje con la técnica conocida como effleurage; que consiste en aplicar movimientos suaves, deslizando las manos sobre la zona interesada para estimular el flujo sanguíneo mientras se permite que el paciente se relaje y se acostumbre al contacto [2].
Compresiones
Mientras se realiza el effleurage, la mano se coloca sobre un músculo y se aplica presión durante 10-15 segundos, alternando con más effleurage y luego nuevamente compresión (Figura 1). Esto permite que el perro se relaje antes de la siguiente manipulación. El beneficio de esta técnica es aumentar la movilidad y flexibilidad de los tejidos, además de favorecer el flujo linfático [2],[4].

Terapia de puntos gatillo
Durante la fase inicial del masaje, se pueden notar puntos gatillo (de tensión o dolorosos) relacionados con espasmos. Generalmente se desarrollan como resultado de la acumulación de ácido láctico, lo que causa irritación en los nervios motores [4]. Es similar al “nudo” que detecta el terapeuta en el músculo trapecio cuando nos está dando un masaje y reaccionamos naturalmente al contacto; estos nudos se pueden abordar con la terapia de puntos gatillo. Se aplica presión durante 10-15 segundos, seguido del effleurage, y se repite la aplicación de presión según sea necesario. El beneficio de esta técnica es aumentar el flujo sanguíneo y relajar el músculo interesado (Figura 2).

Masaje de fricción
El masaje de fricción (o transversal) fue desarrollado por el Dr. James Cyriax, un cirujano ortopédico de medicina humana muy conocido. Este método de masaje se focaliza en los componentes de tejido blando de ligamentos, tendones y músculos para preservar la movilidad y evitar la formación de adherencias [5]. Mientras se aplica presión en el área tratada, se realizan pequeños movimientos rotatorios con el pulgar o la yema de los dedos en un ángulo de 90 grados respecto a las fibras musculares [2],[4] (Figura 3). Una de las diferencias entre el masaje de fricción estándar y el profundo es que este último fomenta la hiperemia espontánea [2].
Al realizar un masaje en un perro, la posición del auxiliar veterinario es tan importante como la del animal. Para garantizar la comodidad de ambos el perro debe encontrarse a gusto, normalmente en posición decúbito lateral, en una habitación tranquila, sobre una mesa o superficie adaptable. Los materiales necesarios incluyen, entre otros, una alfombra antideslizante, una mesa de altura regulable y mantas.

Ejercicios terapéuticos
La colaboración con el equipo de rehabilitación y el veterinario responsable es esencial para garantizar un plan de rehabilitación completo y bien coordinado. Los tutores, al participar activamente en los ejercicios en casa, pueden contribuir significativamente al éxito general del plan. Establecer canales de comunicación abiertos entre el auxiliar veterinario y el tutor fomentará tratar dudas o preguntas y proporcionará un apoyo continuo, ya que es importante que el tutor se sienta cómodo pidiendo consejos o aclaraciones. Los ejercicios seleccionados dependerán del paciente y su historia clínica, ya que existen dos tipos de ejercicios: pasivos y activos. La duración y repetición de cada ejercicio deben adaptarse a cada paciente.
Ejercicios pasivos y rango de movimiento (ROM)
Practicar el movimiento de las articulaciones es importante en muchos casos, como la osteoartritis, tras una cirugía ortopédica, después de una lesión o en pacientes de edad avanzada. El objetivo es aumentar la flexibilidad, estimular la vascularización y promover la curación. El rango de movimiento pasivo (PROM, por sus siglas en inglés) se define como un movimiento realizado en ausencia de contracción muscular [2] y se utiliza cuando el perro no puede realizar el movimiento por sí mismo. Hay dos componentes principales: flexión/extensión (Figura 4) y el movimiento de pedaleo. Si el animal muestra signos de dolor en cualquier momento, mediante reticencia a participar u otros signos de malestar, es necesario detener inmediatamente el ejercicio. El dolor indica que la actividad actual puede ser demasiado exigente o inadecuada para la afección actual de la mascota, y se debe informar al equipo veterinario para evaluar la situación y, si es necesario, ajustar el plan de rehabilitación o proporcionar estrategias adicionales para el manejo del dolor.


Ejercicios activos y rango de movimiento (ROM)
Después del período inicial de recuperación tras cualquier evento traumático (incluyendo la cirugía), la prioridad es controlar el dolor, manejar la inflamación e inducir movimientos suaves de ROM. Una vez que se implementa un protocolo de manejo del dolor y el nivel de comodidad de la mascota es satisfactorio, el objetivo puede evolucionar hacia la incorporación de ejercicios terapéuticos y el aumento del nivel de actividad del animal [6]. En esta etapa, a medida que el perro adquiere mayor movilidad, se pueden sugerir algunas opciones para mejorar la comodidad y el bienestar. Por ejemplo, es esencial recortar regularmente las uñas, ya que una longitud excesiva puede afectar a la biomecánica normal de los dedos; usar alfombras antideslizantes en casa para evitar que el perro resbale y pierda confianza (también pueden ser útiles los calcetines o almohadillas antideslizantes); elevar el comedero y el bebedero para mayor comodidad del perro (Figura 5) o utilizar arneses u otros elementos para facilitar el movimiento.

El rango de movimiento activo (AROM, por sus siglas en inglés) se define como el movimiento de la articulación acompañado de contracción muscular y se puede realizar cuando el perro sea capaz de iniciar el movimiento por sí mismo. El objetivo es amplificar el movimiento para generar un ROM pronunciado, aumentar el movimiento de los tejidos y mejorar la función de las articulaciones y extremidades [7]. Aquí es donde comienza la diversión. En casa se pueden realizar ejercicios estimulantes con poco o ningún material. Los tres ejemplos de ejercicios terapéuticos frecuentes incluyen baile, los movimientos de sentarse y levantarse, y los ejercicios con cavaletti:
- Baile: este ejercicio (Figura 6) fomenta la carga de peso, la estabilidad y el AROM de las articulaciones de la cadera y la rodilla [8]. Es importante evaluar cualquier limitación que el perro pueda tener antes de realizarlo. Si el paciente tiene un ROM limitado en la cadera o está en las primeras etapas de rehabilitación tras una cirugía ortopédica, se puede utilizar una pelota de ejercicio para que las extremidades anteriores descansen sobre ella, lo que proporciona más estabilidad. Luego, la pelota se mueve suavemente hacia adelante y hacia atrás. Este accesorio también puede servir para poner a prueba la estabilidad de las extremidades anteriores (Figura 7).


- Sentarse y levantarse: practicar sentadillas, haciendo que el perro se sienta y se levante, activa los músculos isquiotibiales y glúteos, lo que ayuda a fortalecer las articulaciones de la rodilla y la cadera (Figura 8). Nuevamente, se deben considerar las limitaciones del paciente; por ejemplo, los pacientes con ROM y fuerza limitada en la rodilla encontrarán más fácil realizar este ejercicio si se les permite sentarse en un escalón [2],[8] (Figura 9).



- Cavaletti: caminar atravesando un circuito de barras es un ejercicio estimulante tanto para el tutor como para el perro. Este ejercicio también es beneficioso para perros más activos como parte del entrenamiento de resistencia o simplemente para gastar energía después de un día largo en casa. El movimiento pronunciado de pasar por encima de las barras mejora la propiocepción, la coordinación y el ROM [9],[10]. Las barras se pueden ajustar a diferentes alturas según la historia clínica y las necesidades del paciente, e, idealmente, el perro debería poder dar un paso entre cada barra para permitir una mejor coordinación y un mayor ROM [2],[10] (Figura 10). Los mangos de escobas y conos son opciones económicas que hacen una combinación perfecta para crear un recorrido desafiante.

Otras modalidades
Mediante la colaboración con un especialista en rehabilitación, los pacientes se pueden beneficiar de otras modalidades terapéuticas, como la electroterapia (NMES, TENS, ultrasonido terapéutico) que entre otros factores favorece el alivio del dolor, la contracción muscular y la curación de tejidos blandos [11]. Los láseres terapéuticos utilizan ondas de luz con una longitud de onda específica para inducir la fotobiomodulación, que consiste en modificar los aspectos fisiológicos de las células y tejidos. La absorción de luz por los componentes celulares activa electrones y estimula las células, fomentando procesos como el crecimiento, la proliferación, la migración y la reparación de tejidos [12]. Las cintas de correr subacuáticas (Figura 11) utilizan la resistencia del agua para mejorar la fuerza, el rango de movimiento (ROM) y la resistencia física, mientras se aprovecha la flotabilidad para minimizar la carga de peso y el dolor [13].

Nutrición
La nutrición y la rehabilitación van de la mano. Reconocer la obesidad como un riesgo potencial para otras enfermedades en los perros puede aumentar la concienciación y resaltar la importancia de las revisiones de salud. Gracias a la investigación realizada en perros, los veterinarios clínicos pueden reforzar su papel en la implementación de planes más efectivos para prevenir la obesidad y promover la pérdida de peso [14]. El American College of Veterinary Internal Medicine ha desarrollado el ‘‘Círculo de la Nutrición’’ con los siguientes tres componentes [15]:
- Factores específicos del animal: es necesario recopilar información básica sobre el paciente, como la edad, la raza, el peso, la historia clínica y los tratamientos actuales. También se debe evaluar la puntuación de la condición corporal (PCC); generalmente, una PCC de 5/9 o 3/5 (dependiendo del sistema de puntuación) se considera ideal. El Comité de la WSAVA proporciona una tabla de puntuación muy útil [16]. Además, se debe evaluar y registrar la condición muscular para realizar un seguimiento de la misma durante todo el proceso de rehabilitación.
- Factores específicos del alimento: es fundamental seleccionar un alimento que responda a las necesidades del paciente. Ya sea para un perro que necesita perder peso, un paciente de edad avanzada que necesita un nivel específico de nutrientes o un paciente que necesita una dieta alta en calorías tras un traumatismo, esta decisión se basa completamente en las necesidades del paciente. En una encuesta reciente de la Asociación para la Prevención de la Obesidad en Mascotas se encontró que el 59% de los perros en Estados Unidos presentan sobrepeso u obesidad (PCC entre 6/9 y 9/9) [17]. La obesidad puede exacerbar el desarrollo y la progresión de la osteoartritis y las enfermedades articulares. Una reducción moderada de peso, que varía entre aproximadamente un 6-9%, puede suponer una mejora sustancial [18], Por tanto, es esencial realizar una evaluación exhaustiva para establecer prioridades y garantizar el éxito. El equipo de la clínica veterinaria debe realizar un estrecho seguimiento de los programas de pérdida de peso.
- Alimentación y factores ambientales: obtener una historia nutricional completa permitirá entablar una conversación con los tutores de las mascotas para identificar posibles problemas, fuentes de calorías extra y cambios que pueden implementarse. Se pueden identificar factores como el abuso de premios, los hogares con múltiples perros o posibles fuentes de alimentación externas. Utilizar la lista de verificación del formulario de evaluación nutricional de la WSAVA [19] puede facilitar la recopilación de datos.
La colaboración con el equipo de rehabilitación y el veterinario responsable es esencial para garantizar un plan de rehabilitación completo y bien coordinado. Los tutores pueden participar activamente en los ejercicios que se realizan en casa, contribuyendo significativamente al éxito general del plan.
Conclusión
Los programas de rehabilitación eficientes pueden ser beneficiosos en muchas circunstancias, pero en todos los casos es esencial realizar el seguimiento adecuado para garantizar resultados exitosos y priorizar el bienestar del paciente. Los auxiliares veterinarios poseen numerosas habilidades y pueden desempeñar un papel fundamental mediante su experiencia técnica y capacidad de comunicación, brindando el mejor apoyo tanto a los pacientes como a sus tutores durante todo el proceso de la rehabilitación.
Cynthia Mercier
RVT, CCRP, Royal Canin, Hawkesbury, Ontario, Canadá
Canadá
Cynthia Mercier se graduó en el 2011 como auxiliar veterinaria acreditada por la Boreal College, Ontario. Posteriormente, obtuvo la certificación en rehabilitación canina (CCRP) por la Universidad de Tennessee. Durante varios años se ha dedicado a la enseñanza de estudiantes de veterinaria, además de trabajar en una clínica veterinaria de pequeños animales y en un centro de referencia. Actualmente trabaja como Técnica en Comunicación Científica en Royal Canin.
Referencias
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