Tratamiento de la osteoartritis canina: revisión científica

Escrito por Éric Troncy

Este artículo ofrece una revisión sobre el manejo del dolor crónico asociado a la osteoartritis (OA) canina, analizando las evidencias (existentes e inexistentes) sobre la eficacia y la seguridad del tratamiento tanto farmacológico como no farmacológico.

Article

Reading time5 - 15 min
Tratamiento de la osteoartritis canina: revisión científica

Puntos clave

Group 15 1

A la hora de considerar los diferentes fármacos disponibles para el tratamiento de la OA es importante valorar la relación riesgo-beneficio de cada uno de ellos.

Group 15 2

Aunque hay muchos estudios sobre la eficacia de diversos fármacos para la OA, la metodología empleada puede ser deficiente, lo que afecta a la fiabilidad de los resultados.

Group 15 3

Actualmente existen muchas alternativas a los fármacos para el tratamiento de la OA, pero evaluar su eficacia y seguridad puede ser complicado. 

Group 15 4

La combinación de tratamientos para la OA canina probablemente tenga un efecto aditivo o sinérgico, con mejores resultados que los tratamientos individuales.

Introducción

En el 2024, en otro número de esta revista, publicamos un artículo sobre la etiología, la identificación y el diagnóstico de la osteoartritis (OA) canina, y este artículo continúa y concluye el trabajo de revisión describiendo las diferentes opciones disponibles para el manejo del dolor crónico asociado a la OA canina. Actualmente el veterinario dispone de una amplia gama de opciones terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas. Muchos de estos tratamientos provienen inicialmente de estudios clínicos de medicina humana, y en este artículo, mediante una revisión bibliográfica exhaustiva, se evalúan de forma objetiva las diferentes opciones terapéuticas.

Tratamientos farmacológicos  

A la hora de valorar las diferentes opciones para el tratamiento farmacológico de la OA, es importante conocer la relación riesgo-beneficio de cada una de ellas. En la Figura 1 se muestra una clasificación de varios tipos de fármacos según el nivel de evidencia de la eficacia, teniendo en cuenta la calidad de los estudios indicados en la Tabla 1: es decir, que el diseño experimental permitiera un estudio aleatorizado, controlado (con placebo) y ciego y se realizara una evaluación objetiva del dolor, junto con un análisis estadístico. La respuesta placebo es posible en cualquier individuo que presente una afección y con cualquier método de evaluación, al igual que la respuesta nocebo (efectos negativos). Sin embargo, el efecto placebo en “grupo” es más frecuente y esta respuesta se verá aumentada si se mide con métodos subjetivos (más sensibles al sesgo), mientras que las respuestas placebo y nocebo medidas de forma objetiva tienden a neutralizarse en un grupo. A pesar de este hecho reconocido, todavía sigue habiendo demasiados estudios en los que se realizan evaluaciones subjetivas, no validadas, sin grupo control comparativo que permita extraer alguna conclusión sobre la eficacia en el manejo del dolor.

 

Tabla 1. Búsqueda bibliográfica: opciones farmacológicas para el manejo de la OA.

Búsqueda de datos en internet a Texto (palabras clave traducidas) Artículos registrados vs artículos aptos para revisión (n)
AINE osteoartritis* Y (perro O canino) Y (AINE O meloxicam O carprofeno O coxib O piprant) 246/39
FCN osteoartritis* Y (perro O canino) Y (FCN O anticuerpo monoclonal) 34/4
Opioides osteoartritis* Y (perro O canino) Y (opiáceo O tramadol) 17/3
DMOAD osteoartritis* Y (perro O canino) Y (DMOAD O pentosán O hialurónico O doxiciclina O tiludronato O esteroide O synovetin) 303/26
osteoartritis* Y (perro O canino) Y (ARA 3000 BETA O botulinum) 4/3 +1 b
Amantadina osteoartritis* Y (perro O canino) Y (amantadina) 2/1 c
Gabapentina osteoartritis* Y (perro O canino) Y (gabapentina) 1/1 d
a. PubMed®, Web of science®; b. Búsqueda interna; c. Artículo de investigación original; Abstract del congreso  
Gráfico que muestra la eficacia de los tratamientos farmacológicos para la osteoartritis canina.
Figura 1. Representación esquemática de la eficacia de varias opciones para el tratamiento farmacológico de la osteoartritis canina. © GREPAQ®/redrawn by Sandrine Fontègne

Antiinflamatorios no esteroideos (AINE)

La eficacia de los AINE en la OA canina se ha descrito en al menos 40 estudios científicos en los últimos 30 años, pero en varios de estos estudios existen deficiencias significativas que ponen en duda la fiabilidad de los resultados obtenidos. Por ejemplo, en solo 13/40 estudios se utilizaron medidas de evaluación objetivas como el análisis baropodométrico de la marcha (baropodometría) o la actimetría, mientras que en los demás estudios la eficacia del tratamiento se basó en resultados subjetivos. Por lo que sabemos, en 16/40 estudios se utilizó un método (parcialmente) validado de evaluación subjetiva del dolor, siendo el más frecuente (14/16) el Cuestionario Breve del Dolor Canino (CBPI, por sus siglas en inglés). Además, en solo el 42,5% de los estudios se incluyó un grupo control placebo; de éstos, solo 8 incluyeron además una evaluación objetiva, lo que permitió extraer conclusiones válidas sobre la eficacia del AINE estudiado.

En un estudio en perros con OA que recibieron carprofeno o meloxicam se observó una mejoría significativa en la fuerza vertical máxima (FVM) en el día 60 (1). Posteriormente, se obtuvieron resultados similares en la FVM utilizando carprofeno, tanto a corto plazo (≤ 14 días) (2-4) como durante 6 semanas (5). Ambos fármacos parecen disminuir la actividad nocturna, lo que sugiere potencialmente una mejor calidad del sueño (6,7). En estudios anteriores la vía de administración fue oral, pero en un estudio reciente se encontró que la inyección intraarticular (IA) de celecoxib disminuía significativamente la concentración local de PGE2 y mejoraba la baropodemetría durante los 2 meses de seguimiento (8), por lo que, a pesar de tratarse de solo una prueba de concepto, esta nueva vía de administración resulta prometedora.

El carprofeno parece ser eficaz para reducir el dolor biomecánico de la OA (18/40 publicaciones, 45%), al igual que el meloxicam (8/40, 20%). Los coxibs y los piprants, que son fármacos más recientes, se estudiaron mayoritariamente con una evaluación subjetiva (15/19 estudios) frente al grupo control positivo o placebo (12/19), pero en solo 7 estudios se utilizó una herramienta de metrología clínica validada, en 4 se utilizó la baropodometría, en 6 se incluyó grupo control placebo y solo en un estudio se utilizó la baropodometría con control placebo.

Dada la escasez de estudios con resultados objetivos validados, no se puede confirmar la eficacia de todos los AINE en perros con OA, sobre todo por;

  1. La falta de evidencias respecto a la dosificación recomendada, que puede variar en función de la gravedad de la OA, la pauta de administración (continua o “según necesidad”) y la inclusión de otros agentes multimodales, que podrían repercutir en la sinergia y seguridad del tratamiento. 
  2. El conocido bajo cumplimiento de los tratamientos con AINE.

Esto es preocupante, ya que los AINE son la clase de fármacos más utilizados en el tratamiento de la OA, y todavía más, si tenemos en cuenta los efectos secundarios conocidos y observados. Actualmente se desconoce la verdadera incidencia de efectos adversos, y en la mayoría de los estudios aleatorizados, controlados con placebo y ciegos no fue estadísticamente diferente entre los perros tratados y los del grupo control. Los efectos adversos más frecuentes fueron los problemas gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea y anorexia), aunque también son posibles la hepatotoxicidad y la nefrotoxicidad. Se observaron signos clínicos en 36/46 ensayos, con una incidencia global del 8,1% de 4.398 perros tratados. 

Por último, es importante señalar que la mayoría de los estudios fueron financiados por empresas farmacéuticas que tienen el objetivo de validar la eficacia de su producto, tal y como se refleja en el porcentaje de “conflicto de intereses”, cuando se informa con transparencia al respecto, que asciende al 81%.

Anticuerpos monoclonales

En la última década, se ha demostrada la implicación de la elevación del factor de crecimiento nervioso (FCN) en el dolor y la sensibilización de la OA, lo que se ha convertido en un objetivo de los tratamientos farmacológicos. En 4 estudios publicados (3 de ellos con grupo placebo) se describen los beneficios potenciales de los anticuerpos monoclonales caninos anti-FCN, principalmente, con métodos de evaluación subjetivos, siendo el CBPI el más utilizado. En un estudio también se incluyó la evaluación objetiva (actimetría) y se descubrió que la actividad diurna aumentó durante un periodo de 28 días con una inyección de ranevetmab (no disponible comercialmente), en comparación con el placebo (9); el ranevetmab también mostró una analgesia eficaz entre los días 28 y 84 en comparación con el placebo (10). Según el CBPI, el mayor porcentaje de perros que respondió al tratamiento (en torno al 53-58%) se produjo dos semanas después de la segunda inyección mensual estabilizándose posteriormente y el grupo placebo llegó hasta el 42%. Debido al papel ubicuo del FCN en muchas funciones corporales, es posible que se produzcan efectos adversos a largo plazo, pero esto parece ser infrecuente (1-10 casos por 10.000 dosis administradas en los datos de farmacovigilancia) y todavía no se han realizado estudios específicos para determinar la verdadera causalidad. De momento no se han elaborado directrices sobre las indicaciones del producto según la gravedad del caso (OA leve, moderada o grave) y la posible combinación segura y eficaz con otros fármacos.

Tramadol

Solo hay tres estudios recientes en los que se haya evaluado la eficacia del opioide tramadol en el manejo del dolor asociado a la OA canina. En dos estudios se incluyeron un grupo placebo y un grupo control sano, y en dos estudios se utilizaron evaluaciones objetivas (actimetría y/o baropodometría). En dos estudios se informó de toxicidad (pero con resultados contradictorios) y un estudió indicó la existencia de conflicto de intereses. En el grupo tratado con tramadol durante solo 14 o 10 días, (4 o 5 mg/kg, tres veces al día, PO) no se observó ningún efecto en la baropodometría, en comparación con el grupo placebo (4,6), pero se observó una mejoría en la puntuación subjetiva del CBPI (6). La evaluación objetiva confirmó que el tramadol no induce un efecto opioide en los perros cuando el tratamiento es tan corto, pero la administración a largo plazo (1 mes) de tramadol de liberación lenta (5 mg/kg, una vez al día, PO) se asoció con un efecto analgésico sinérgico, lo que permitió reducir la dosis (0.25 mg/kg, una vez al día, vía PO) del AINE ketoprofeno, sugiriendo la inhibición de la recaptación de serotonina y norepinefrina, que son los neuromediadores centrales de monoaminas que acentúan el control inhibitorio endógeno del dolor (11).

Fármacos modificadores de la OA (DMOAD)

Como alternativa a los AINE, que actúan sobre la inflamación crónica, los DMOAD pretenden detener o limitar las alteraciones estructurales de las articulaciones, de manera que al reducirse el catabolismo se deje de alimentar la neurosensibilización provocada por la inflamación. Entre los DMOAD se encuentran;

  • el pentosán y la doxiciclina, que actúan sobre los mediadores de la renovación del tejido del cartílago,
  • los bifosfonatos como el tiludronato, que influyen en la renovación ósea,
  • el ácido hialurónico y los radioisótopos, que combaten la inflamación sinovial y proporcionan viscosuplementación.

Entre los años 1985 y 2022 se publicaron 25 artículos de investigación sobre diversos DMOAD para el tratamiento del dolor asociado a la OA canina; en 15/25 se utilizaron evaluaciones objetivas (como la baropodometría, la histología y el análisis serológico), en 9/25 se utilizó un modelo experimental de OA canina y solo en el 48% se incluyó un grupo placebo. Se trata de una limitación importante, ya que los estudios con OA inducida experimentalmente requieren la confirmación con OA canina desarrollada de forma natural en un ensayo clínico aleatorizado, controlado y ciego. Además, en el 40% de los estudios no se mencionó el conflicto de intereses. 

Los modelos experimentales generalmente respaldaron unos efectos estructurales prometedores, pero en la OA clínica los resultados a menudo fueron decepcionantes, en el mejor de los casos no concluyentes: un copolímero comercial inyectable de ácidos grasos se evaluó una sola vez en un estudio (en 1985) y se observó una mejoría funcional del 64% en los perros que recibieron el tratamiento, pero hubo varios factores (ningún grupo placebo, ninguna evaluación objetiva y una pérdida del 41% en el seguimiento) que no permitieron extraer ninguna conclusión sobre su eficacia (12). En dos ensayos aleatorios multicéntricos en los que se administró pentosán polifosfato (3 mg/kg, SC, cada 7 días) no se observó ningún efecto analgésico significativo tras 4 inyecciones, y se consideró que los estudios fueron de baja calidad al utilizar escalas subjetivas no validadas. Los corticoides en forma de prednisona (0,25 mg/kg, una vez al día, PO) o triamcinolona (5 mg, cada 4 semanas IA) parecieron reducir el tamaño de los osteofitos y las lesiones del cartílago en un modelo canino de OA (13), pero en términos generales, faltan ensayos clínicos que resulten convincentes. Resumiendo, la eficacia de los DMOAD sigue siendo dudosa, y la mayoría de los estudios no informan sobre el potencial de toxicidad a pesar de las inyecciones repetidas. El tratamiento de la OA canina con inyecciones intraarticulares sigue siendo prometedor, pero hay varios factores que actualmente contribuyen a que su uso se vea limitado.

Amantadina

El posible efecto analgésico complementario de la amantadina, un fármaco antiviral, se ha investigado en un único estudio en combinación con meloxicam (14), pero la deficiente metodología empleada, incluyendo la evaluación subjetiva sin validación, pone en duda su eficacia. En general, no existen evidencias que respalden el uso de la amantadina como tratamiento analgésico para el manejo del dolor asociado a la OA canina, a lo que se añade su limitada disponibilidad desde la pandemia de COVID.

Gabapentina

La gabapentina cada vez se está prescribiendo con más frecuencia en veterinaria para aliviar el dolor asociado a la OA canina, pero actualmente no hay publicaciones científicas que respalden esta práctica. En el abstract de una ponencia se comunicó el tratamiento en perros con una combinación de carprofeno y gabapentina (8-12 mg/kg, tres veces al día, PO) o tramadol (3-5 mg/kg, tres veces al día, PO) durante un total de 4 semanas, pero no se proporcionó información sobre los AINE. Aunque con ambos analgésicos centrales se observó una mejoría similar en la baropodometría, no hubo grupo placebo, por lo que esta mejoría no se puede atribuir de forma fiable al tratamiento. Además, se describieron efectos secundarios en hasta el 70% de los perros tratados, pero no se detallaron y, que el autor sepa, no se ha publicado ningún estudio posterior a este abstract. Se necesitan estudios cualificados sobre el uso de gabapentina sola o en combinación, utilizando un grupo placebo paralelo y una evaluación objetiva.

Opciones no farmacológicas

En el sector de la salud animal hay numerosas opciones no farmacológicas para el tratamiento de la OA canina (Tabla 2), pero ¿son eficaces y seguras? Mientras que algunos tratamientos requieren la intervención veterinaria, hay otros que los puede realizar el auxiliar de la clínica o incluso el tutor de forma autónoma, quienes muestran una tendencia cada vez mayor hacia el uso de productos naturales (15). A continuación, se ofrece una revisión de las distintas opciones y en la Figura 2 se muestra una representación esquemática de su eficacia demostrada. 

 

Tabla 2. Búsqueda bibliográfica: opciones no farmacológicas para el manejo de la OA.

Búsqueda de datos de internet a Texto (palabras clave traducidas) Artículos registrados vs artículos aptos para revisión (n)
Tratamiento musculoesquelético complementario con productos biológicos
Células madre mesenquimales osteoartritis* Y (perro O canino) Y (células madre mesenquimales O MSC O fracción vascular estromal O SVF) 77/36
Plasma rico en plaquetas osteoartritis* Y (perro O canino) Y (PRP O plasma rico en plaquetas O plasma rico en factores de crecimiento O PRFC O factor de crecimiento derivado de plaquetas O derivado de plaquetas O gel de plaquetas O concentrado de plaquetas O PRF O fibrina rica en plaquetas O ACP O plasma autólogo acondicionado O APS O solución proteica autóloga O lisado de plaquetas O sobrenadante de plaquetas) 61/19
Modalidades fisioterapéuticas
Terapia de fotobiomodulación osteoartritis* Y (perro O canino) Y (Fotobiomodulación O fototerapia) 25/5
Tratamiento con ondas de choque extracorpóreas osteoartritis* Y (perro O canino) Y (tratamiento extracorpóreo por ondas de choque O ECSWT) 5/3
Terapia de resonancia magnética nuclear osteoartritis* Y (perro O canino) Y (terapia de resonancia magnética nuclear O NMRT O MBST) 30/1
Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea osteoartritis* Y (perro O canino) Y (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea O TENS) 1/1
Terapia de ecografía osteoartritis* Y (perro O canino) Y (ecografía) 10/1
Hidroterapia osteoartritis* Y (perro O canino) E hidroterapia 9/1
Ejercicio acuático osteoartritis* Y (perro O canino) Y (ejercicio acuático O natación) 3/1
Terapia manual y ejercicio en casa osteoartritis* Y (perro O canino) Y (terapia manual O manipulaciones O movilizaciones O estiramientos O masajes O fisioterapia O terapia física) 125/2
Otras terapias
Acupuntura
 
osteoartritis* Y (perro O canino) Y (acupuntura O tratamiento con oro O implantación de oro O implantes de alambre de oro) 21/10
Homeopatía osteoartritis* Y (perro O canino) Y homeopático 3/2 +1 b
Aromaterapia osteoartritis* Y (perro O canino) Y (aroma U olfac O feromona) 0/12 c
Terapia de sonido osteoartritis* Y (perro O canino) Y (sonido O ruido O música) 0/2 c
Estilo de vida y alimentación  
Restricción alimentaria y pérdida de peso osteoartritis* Y (perro O canino) Y (peso O dieta O gestión O reducción O restricción) 667/10 + 3 b
Dietas terapéuticas y nutracéuticos osteoartritis* Y (perro O canino) Y (dieta terapéutica O dietoterapia O nutracéutico O suplemento) 115/55 +1 b
Modificación medioambiental osteoartritis* Y (perro O canino) Y (entorno O estilo de vida) 91/1
a. PubMed®, Web of science®; b. búsqueda interna; c. otra búsqueda sin OA
Infografía que muestra la eficacia de los tratamientos no farmacológicos para la osteoartritis canina.
Figura 2. Representación esquemática de la eficacia de varias opciones para el tratamiento no farmacológico de la osteoartritis canina. © GREPAQ®

Tratamientos musculoesqueléticos coadyuvantes

Las inyecciones intraarticulares (IA) con tratamientos musculoesqueléticos adyuvantes (TMA) biológicos, en combinación o no de otras opciones, parecen ser prometedoras. Los TMA están dirigidos a la regeneración del cartílago y reducción de la inflamación sinovial, mejorando las capacidades funcionales del animal. Entre los TMA de la OA canina se encuentran dos categorías de productos biológicos inyectables: 

  1. Las células estromales mesenquimales (MSC) o la fracción vascular estromal (SVF) de origen autólogo, alogénico o xenogénico. 
  2. El plasma rico en plaquetas (PRP), el plasma rico en factores de crecimiento (PRFC) y la solución proteica autóloga (APS), incluyendo el suero condicionado activado (ACS) o el concentrado plaquetario autólogo (APC).

En varios informes sobre las inyecciones de MSC/SVF para la OA canina (n=36) se demostró su eficacia y seguridad, bien solas (n=26) o combinadas con AINE (n=1), PRP (n=4) o ácido hialurónico (n=5) (16). Los tutores indicaron una mejoría subjetiva del 50% (lo cual es considerable) en la cojera, la amplitud de movimiento, la actividad y el dolor de la OA, especialmente en los casos graves (16). Sin embargo, estos efectos no fueron corroborados por veterinarios o evaluaciones objetivas. En estudios controlados con placebo (n=6) se observó una mejoría subjetiva que variaba entre el 16,4-40,8% (n=4) y una mejoría objetiva del 0-37,5% (n=2) en el grupo tratado frente al grupo placebo. El efecto clínico de los tratamientos musculoesquéticos adyuvantes es pequeño (20-50% de diferencia). El diseño del estudio y las limitaciones metodológicas, como la ausencia de grupo placebo y la falta de estandarización en la preparación de las MSC, no permiten extraer conclusiones de estos resultados (16).

Las evidencias en cuanto a las inyecciones de PRP, PRFC y APS/ACS/APC son limitadas (n=19), tanto administradas solas (n=10) como en combinación con MSC (n=4) o fisioterapia (n=5) (16,17). En una revisión sistemática multiespecífica (n=7 artículos en perros) se indicaron beneficios clínicos y efectos modificadores de la enfermedad con inyecciones de PRP (una o varias) en 1.251 animales (17). Los resultados subjetivos mejoraron en un 30-50% a los 30 días tras la inyección, pero se observó una tendencia a la regresión a los 120-180 días. Solo 6/19 estudios fueron controlados con placebo y en ninguno de ellos se encontraron diferencias significativas entre el grupo tratado y el placebo (17).

En resumen, los tratamientos musculoesqueléticos adyuvantes biológicos resultan prometedores como tratamiento seguro de la OA canina, incluso a largo plazo con inyecciones repetidas (16,17). Los problemas de seguridad están relacionados sobre todo con el proceso de preparación y administración de la inyección, lo que justifica nuevas investigaciones. Los tratamientos combinados con otro tipo de TMA o con fisioterapia han demostrado una mayor eficacia a largo plazo (90-180 días) tanto en los resultados clínicos/subjetivos como en los objetivos, pero en la mayoría de los estudios se resalta la falta de rigor científico y la debilidad del diseño experimental, con limitaciones en la evaluación objetiva del dolor e importantes deficiencias en la metodología (16,17), por lo que las IA biológicas no se pueden recomendar actualmente.

Modalidades de fisioterapia

Se han realizado algunos estudios sobre otras opciones terapéuticas como el campo electromagnético pulsado, la fotobiomodulación (terapia láser), el tratamiento con ondas de choque extracorpóreas y la resonancia magnética nuclear, pero los resultados obtenidos son variables. En una revisión exhaustiva reciente (18) se destacó que la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea y las terapias con ecografía fueron beneficiosas para el tratamiento del dolor asociado a la OA en personas, pero no se pudo llegar a la misma conclusión en el caso de la OA canina debido a la falta de evidencias científicas. En términos generales, la eficacia de las modalidades de fisioterapia en el tratamiento de la OA canina sigue siendo incierta debido a las limitaciones en la investigación actual, así como a la evaluación subjetiva, la falta de control con placebo, los estudios sin ciego, la heterogeneidad de los protocolos terapéuticos y de las poblaciones de pacientes.

Otras terapias  

Los resultados de los estudios sobre acupuntura (n=10) son contradictorios, observándose discrepancias entre la mejoría comunicada por los tutores y las evaluaciones realizadas por los veterinarios. En diversos estudios, que incluían la hidroterapia, el ejercicio acuático y la terapia manual para el manejo de la OA canina, se han obtenido diferentes resultados; por ejemplo, con la hidroterapia se ha indicado una mejoría de los parámetros relacionados con la displasia de cadera, pero los resultados del ejercicio acuático son poco convincentes. Los estudios sobre la terapia manual presentan dificultades relacionadas con el diseño: en un estudio no controlado se observó un aumento significativo de la amplitud de movimiento articular mediante la realización de estiramientos pasivos en perros con OA, mientras que en otro estudio se obtuvieron resultados contradictorios con el ejercicio de caminar por distintos terrenos, lo que subraya la importancia de la adaptación de los ejercicios en los programas de rehabilitación. 

En una revisión sistemática se analizó el uso de la homeopatía en perros con OA (n=2) (19), y en solo un estudio, con 44 perros, los resultados fueron concluyentes. En dicho estudio se analizaron las respuestas positivas y se sugirió un efecto significativo en la movilidad, la FVM y el dolor de los perros tratados frente al grupo placebo. El segundo estudio se descartó debido al alto riesgo de sesgo.

Parece que en ningún estudio se han evaluado los efectos de la estimulación olfativa o auditiva en el manejo de la OA canina, aunque dicha estimulación se ha estudiado en otras afecciones. En un estudio en 55 perros de protectoras se sugirió que el aceite de lavanda parecía inducir actividades evocadoras de relajación. En otro estudio con 60 perros de protectoras se observó una disminución de los comportamientos relacionados con la excitación al estar expuestos a la música y feromonas durante tres horas al día y, en menor medida, con la exposición a lavanda durante el mismo periodo. Sin embargo, según una revisión sistemática, la eficacia del uso de feromonas para el tratamiento de problemas de comportamiento en el perro carece de suficientes evidencias (n=7) (20).

 

Recuadro 1. Lista de los acrónimos utilizados con más frecuencia en el artículo.

  • ACS – suero condicionado activado 
  • AMT – Tratamientos musculoesqueléticos adyuvantes
  • APC – concentrado plaquetario autólogo 
  • APS – solución proteica autóloga
  • CBPI – Cuestionario Breve del Dolor Canino
  • DMOAD – Fármacos modificadores de la OA 
  • IA – Intraarticular 
  • MSC – células estromales mesenquimales
  • FCN – Factor de crecimiento nervioso
  • PRFC – Plasma rico en factores de crecimiento 
  • PRP – Plasma rico en plaquetas
  • PVF – Fuerza vertical máxima 
  • SVF – Fracción vascular estromal 

 

Estilo de vida y alimentación

Restricción alimentaria y pérdida de peso

En solo tres estudios clínicos se han evaluado los efectos de una dieta para el control del peso y la OA, y la influencia del control del peso en perros con OA y obesos o con sobrepeso. Las medidas subjetivas y objetivas, en caso de realizarse, mostraron una mejoría de la cojera con la pérdida de peso, pero el tamaño de la de los estudios era pequeño, no contaban con un grupo de control y no eran estudios ciegos (21). En una revisión longitudinal que comenzó con cachorros de Labrador de 8 semanas de edad se investigó si la restricción alimentaria reduciría la incidencia y la gravedad de la OA; la mitad de los perros recibió el alimento control y la otra mitad se sometió a una restricción del 25% de calorías (21). La incidencia de lesiones de OA en las articulaciones con el alimento control frente a la restricción calórica fue respectivamente del 61,1% frente al 14,2% en la articulación de la cadera, del 86,3% frente al 57,1% en la del hombro y del 36,3% frente al 19,0% en la del codo. La prevalencia de OA en múltiples articulaciones fue mayor en el grupo control, al igual que la gravedad de las lesiones de cadera, codo y hombro. Además, en los perros sometidos a la restricción calórica el tratamiento de la OA se inició más tarde y los que recibieron la eutanasia como consecuencia de la OA fueron considerablemente más mayores que los perros que recibieron el alimento control. Curiosamente, en un estudio en el que se realizó la baropodometría en perros con cojera por OA y que vivían en hogares se demostró que el aumento de peso agravaba la cojera, con más alteraciones en la FVM frente a los perros con un peso corporal estable (22). 

En resumen, los perros de razas grandes que mantienen durante su vida una puntuación de la condición corporal en torno a 5/9 pueden tener: 

  • Una menor incidencia de displasia de cadera. 
  • Una menor incidencia y gravedad de OA. 
  • Un inicio más tardío del tratamiento de la OA (y de otras enfermedades crónicas). 
  • Una eutanasia más tardía por enfermedad crónica (la alteración del bienestar asociada a la OA fue una de las principales causas de eutanasia); y 
  • Una muerte natural más retardada por una enfermedad distinta a la OA (a comprobar en el futuro).

Dietas y nutracéuticos

En una revisión sistemática (n=54) se analizó la eficacia de las dietas y los nutracéuticos en el manejo de la OA canina (23). Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPI ω-3) de origen marino (ácido eicosapentaenoico [EPA] y ácido docosahexaenoico [DHA]) parecieron ser los más estudiados (n=15) y eficaces al administrarse como suplementos o incluidos en las fórmulas del alimento (solo un 10% no tuvo efecto) y no presentaron efectos secundarios. Los nutracéuticos a base de colágeno (n=8; 18,2% sin efecto) y los cannabinoides (n=5; 14,3% sin efecto) presentaron una menor eficacia y menor intensidad de los efectos. Los nutracéuticos con condroitina-glucosamina (n=8; 88,9% sin efecto) fueron claramente ineficaces y no se deberían recomendar en el tratamiento de la OA canina. Los estudios sobre nutracéuticos con colágeno y condroitina-glucosamina presentaron una metodología mediocre, a diferencia de los estudios realizados sobre los AGPI ω-3 y cannabinoides (23). 

Es recomendable que los AGPI ω-3 sean de origen marino (ricos en EPA/DHA). Los aceites vegetales (como los aceites de linaza, soja o nuez) son ricos en ácido alfa-linolénico (ALA)), pero en los animales, este ácido graso no se metaboliza (o no se metaboliza bien) en EPA/DHA. Los suplementos alimentarios no están tan controlados como los fármacos y existe el riesgo de una posible variabilidad del contenido lo que puede afectar a la eficacia, la calidad y la seguridad. Se necesitan más datos para documentar las dosis, fórmulas y combinaciones recomendadas para cada producto. Los veterinarios deberían concienciar a los tutores de perros sobre estos detalles para realizar recomendaciones que se basen más en la evidencia (23), y para promover que los tutores tomen medidas que puedan marcar la diferencia en la salud de su perro.

Modificaciones ambientales y ejercicio

Es recomendable que los perros con OA realicen ejercicios de bajo impacto diariamente para evitar que su situación empeore, lo que podría provocar lesiones adicionales en el cartílago y el hueso, así como el desarrollo de tejido cicatricial y fibrosis articular. Existen pruebas limitadas sobre la eficacia del ejercicio diario en la OA canina: el grupo del autor ha observado que la realización de 54 minutos de actividad diaria provocó un aumento clínicamente significativo de la FVM. No obstante, los tutores deberían recibir formación y supervisión veterinaria para adaptar la actividad regularmente (24). Incluso un nivel de ejercicio moderado puede afectar negativamente a la marcha en perros con OA en comparación con el grupo control.

Las recomendaciones sobre las modificaciones del entorno se basan principalmente en la experiencia y el criterio de los veterinarios y tutores, pero por lo que sabemos hasta ahora no hay estudios que evalúen su eficacia en el tratamiento del dolor asociado a la OA canina. Es probable que estos cambios sean beneficiosos para la óptima convivencia diaria entre el tutor y su perro, pero también cabe plantearse la siguiente pregunta: con estas medidas ¿la carga del tutor se ve aumentada o disminuida?

La eficacia de los AINE en la OA canina se ha descrito en al menos 40 estudios científicos en los últimos 30 años, pero en varios de estos estudios existen deficiencias significativas que ponen en duda la fiabilidad de los resultados obtenidos.

Éric Troncy

Conclusión

Hay muchas opciones para el tratamiento de la osteoartritis (OA) canina que se basan en estudios realizados en medicina humana y que incluyen tanto opciones farmacológicas como no farmacológicas. Cabe esperar que los tratamientos combinados demuestren resultados superiores que los tratamientos individuales, debido a los efectos aditivos o sinérgicos. La evidencia científica sobre los tratamientos individuales no es sólida y es casi nula en los enfoques multimodales. El primum non nocere (lo primero es no hacer daño) debe ser la base de la terapia de la OA y se deben tener en cuenta muchos factores relacionados con el paciente, como la gravedad, la duración y la evolución de la OA, junto con cualquier comorbilidad, eligiendo el tratamiento en función del mecanismo del dolor asociado a la OA diagnosticado (o sospechados). Lo ideal es que en el futuro dispongamos de un mejor contexto para el tratamiento de la OA canina de manera que podamos instaurar un tratamiento eficaz y adaptado a las necesidades del perro.

 

Agradecimientos: este trabajo de revisión del equipo GREPAQ se basa en 30 años de experiencia en el campo de la osteoartritis. La autoría incluye (por este orden) a las estudiantes de grado y candidatas al doctorado Marilyn Frezier; Aliénor Delsart y Laurie Martin; a Manuela Lefort-Holguin, candidata al máster y a expertos en la materia: Colombe Otis, PhD; Maxim Moreau, PhD; Aude Castel, DEV, MSc, Dip. ACVIM-Neurología; Bertrand Lussier, DMV, MSc, Dip. ACVS; y Éric Troncy, DEV, MSc, PhD, DUn-Farmacología. 

 

Declaración de conflicto de intereses: GREPAQ ha colaborado con numerosas empresas farmacéuticas y de nutrición, pero los autores afirman que no han presentado ningún conflicto de interés para editar este artículo.

 

Referencias

  1. Moreau M, Dupuis J, Bonneau NH, et al. Clinical evaluation of a nutraceutical, carprofen and meloxicam for the treatment of dogs with osteoarthritis. Vet. Rec. 2003;152(11):323-329.
  2. Vasseur PB, Johnson AL, Budsberg SC, et al. Randomized, controlled trial of the efficacy of carprofen, a nonsteroidal anti-inflammatory drug, in the treatment of osteoarthritis in dogs. J. Am. Vet. Med. Assoc. 1995;206(6):807-811.
  3. Brown DC, Boston RC, Farrar JT Comparison of force plate gait analysis and owner assessment of pain using the Canine Brief Pain Inventory in dogs with osteoarthritis. J. Vet. Intern. Med. 2013;27(1):22-30.
  4. Budsberg S, Torres B, Kleine S, et al. Lack of effectiveness of tramadol hydrochloride for the treatment of pain and joint dysfunction in dogs with chronic osteoarthritis. J. Am. Vet. Med. Assoc. 2018;252:427-432.
  5. Kampa N, Kaenkangploo D, Jitpean S, et al. Study of the effectiveness of glucosamine and chondroitin sulfate, marine based fatty acid compounds (PCSO-524 and EAB-277), and carprofen for the treatment of dogs with hip osteoarthritis: A prospective, block-randomized, double-blinded, placebo-controlled clinical trial. Front. Vet. Sci. 2023;10:1033188.
  6. Malek S, Sample SJ, Schwartz Z, et al. Effect of analgesic therapy on clinical outcome measures in a randomized controlled trial using client-owned dogs with hip osteoarthritis. BMC Vet. Res. 2012;8:185-202.
  7. Gruen ME, Samson DR, Lascelles BDX. Functional linear modeling of activity data shows analgesic-mediated improved sleep in dogs with spontaneous osteoarthritis pain. Sci. Rep. 2019;9(1):14192.
  8. Tellegen AR, Rudnik-Jansen I, Utomo L, et al. Sustained release of locally delivered celecoxib provides pain relief for osteoarthritis: a proof of concept in dog patients. Osteo. Cart. 2023;31(3):351-362.
  9. Lascelles BD, Knazovicky D, Case B, et al. A canine-specific anti-nerve growth factor antibody alleviates pain and improves mobility and function in dogs with degenerative joint disease-associated pain. BMC Vet. Res. 2015;11:101.
  10. Corral MJ, Moyaert H, Fernandes T, et al. A prospective, randomized, blinded, placebo-controlled multisite clinical study of bedinvetmab, a canine monoclonal antibody targeting nerve growth factor, in dogs with osteoarthritis. Vet. Anaesth. Analg. 2021;48(6):943-955.
  11. Monteiro BP, Lambert C, Bianchi E, et al. Safety and efficacy of reduced dosage ketoprofen with or without tramadol for long-term treatment of osteoarthritis in dogs: a randomized clinical trial. BMC Vet. Res. 2019;15(1):213.
  12. Genevois JP, Autefage A, Fayolle P, et al. Traitement de l'arthrose chez le chien avec un polymère d'acide gras. Le Point Vétérinaire. 1985;17(89):2.
  13. Pelletier JP, Martel-Pelletier J. Protective effects of corticosteroids on cartilage lesions and osteophyte formation in the Pond-Nuki dog model of osteoarthritis. Arthritis Rheum. 1989;32(2):181-193.
  14. Lascelles BD, Gaynor JS, Smith ES, et al. Amantadine in a multimodal analgesic regimen for alleviation of refractory osteoarthritis pain in dogs. J. Vet. Intern. Med. 2008;22(1):53-59.
  15. Mosley C, Edwards T, Romano L, et al. Proposed Canadian Consensus Guidelines on Osteoarthritis Treatment based on OA-COAST Stages 1-4. Front. Vet. Sci. 2022;9:23.
  16. Ivanovska A, Wang M, Arshaghi TE, et al. Manufacturing mesenchymal stromal cells for the treatment of osteoarthritis in canine patients: challenges and recommendations. Front. Vet. Sci. 2022;9:897150.
  17. Boffa A, Salerno M, Merli G, et al. Platelet-rich plasma injections induce disease-modifying effects in the treatment of osteoarthritis in animal models. Knee Surg. Sports Traumatol. Arthrosc. 2021;29(12):4100-4121.
  18. Pye C, Clark N, Bruniges N, et al. Current evidence for non-pharmaceutical, non-surgical treatments of canine osteoarthritis. J. Small Anim. Pract. 2024;65(1):3-23.
  19. Bergh A, Lund I, Boström A, et al. A systematic review of complementary and alternative veterinary medicine: miscellaneous therapies. Animals (Basel). 2021;11(12):27.
  20. Frank D, Beauchamp G, Palestrini C. Systematic review of the use of pheromones for treatment of undesirable behavior in cats and dogs. J. Am. Vet. Med. Assoc. 2010;236(12):1308-1316.
  21. Marshall WG, Bockstahler BA, Hulse DA, et al. A review of osteoarthritis and obesity: current understanding of the relationship and benefit of obesity treatment and prevention in the dog. Vet. Comp. Orthop. Traumatol. 2009;22(05):339-345.
  22. Moreau M, Troncy E, Bichot S, et al. Influence of changes in bodyweight on peak vertical force in osteoarthritic dogs: a possible bias in study outcome. Vet. Surg. 2010;39(1):43-47.
  23. Barbeau-Grégoire M, Otis C, Cournoyer A, et al. A 2022 Systematic Review and Meta-analysis of enriched therapeutic diets and nutraceuticals in canine and feline osteoarthritis. Int. J. Mol. Sci. 2022;23(18):23.
  24. Mille MA, McClement J, Lauer S. Physiotherapeutic strategies and their current evidence for canine osteoarthritis. Vet. Sci. 2022;10(1);23.

 

Ryan Jennings

Éric Troncy

DEV, MSc, PhD, DUn-Farmacología/química, Grupo de investigación en Farmacología Animal de Quebec (GREPAQ), Facultad de Veterinaria, Universidad de Montreal, Canadá

Éric Troncy actualmente es profesor y Director del Grupo de Investigación GREPAQ en la Universidad de Montreal (UdM). Tras licenciarse por la Facultad de Veterinaria de Lyon, realizó una residencia en anestesia y un doctorado por la UdM, también se doctoró en farmacología por la Universidad Louis-Pasteur de Estrasburgo (Francia). Es autor de numerosos artículos y abstracts, muchos de ellos, sobre el enfoque clínico de la osteoartritis canina y felina.

Descargar el PDF de la revista

Compartir en las redes sociales