Nutrición del neonato
Escrito por Kara M. Burns
Adoptar un enfoque proactivo y diseñar un plan de alimentación para cachorros y gatitos recién nacidos, basado en el conocimiento de las necesidades nutricionales del neonato, favorecerá el crecimiento y el desarrollo óptimo de nuestros pacientes.
Article

Puntos clave
La nutrición contribuye a la salud y el desarrollo del neonato, ya que influye en su sistema inmunitario, su composición corporal, su velocidad de crecimiento y su desarrollo óseo.
Las necesidades de los neonatos huérfanos son las mismas que las de los neonatos que tienen madre; también necesitan la nutrición y el calor adecuados.
El plan de alimentación se debe revisar teniendo en cuenta la salud general del neonato, así como su aspecto, nivel de actividad, estado de hidratación y aumento de peso.
Todos los componentes del calostro son fundamentales para la supervivencia del gatito y el cachorro recién nacidos.
Introducción
El periodo postnatal es un momento crítico para todas las especies animales, y el crecimiento es un proceso complejo en el que está involucrada la interacción entre la genética, la alimentación y otros factores ambientales. La nutrición desempeña un papel importante en la salud y el desarrollo de los gatitos y cachorros recién nacidos, ya que influye directamente en el sistema inmunitario, la composición corporal, la velocidad de crecimiento y el desarrollo esquelético. La alimentación no solo es un factor controlable, sino que quizá sea el factor que más influye en el estado de salud o enfermedad de los animales jóvenes. El objetivo de la nutrición pediátrica es garantizar que los recién nacidos se conviertan en adultos sanos. En este artículo se explica cómo se puede garantizar el éxito de un plan de alimentación para el neonato. Los objetivos incluyen conseguir que el crecimiento sea saludable, favorecer el desarrollo, minimizar el riesgo de enfermedad y garantizar el bienestar general. Además, la nutrición adecuada puede favorecer la capacidad de aprendizaje y la función inmunitaria, así como minimizar el riesgo de obesidad y el desarrollo de cualquier enfermedad ortopédica.
Neonatos
El periodo neonatal del cachorro y el gatito comprende las dos primeras semanas de vida, y se cree que la primera semana es la más crítica para la supervivencia (1,2). Debido a la elevada tasa de morbilidad y mortalidad, este periodo sigue siendo un gran reto para el equipo de la clínica veterinaria, los criadores y los tutores. En el caso de los cachorros esta tasa es de entre el 5,7-35% (3-6) y en los gatitos es de entre el 14-16% (7,8). Los cachorros y los gatitos recién nacidos son fisiológicamente inmaduros, con bajos niveles de grasa corporal; 1-2% en comparación con el 12-35% de los perros y gatos adultos. Este estado de inmadurez se denomina altricial, lo que significa que nacen inmaduros y dependen completamente de su madre para sobrevivir (1,9). Si el cachorro o el gatito es huérfano, su cuidado dependerá de los padres adoptivos hasta que sea lo bastante maduro para ser independiente.
Desde el punto de vista nutricional, el principal motivo de preocupación en un recién nacido es asegurarse de que reciba calostro inmediatamente después del parto (Figura 1). El calostro es producido por la madre durante las primeras 24-72 horas tras el parto y aporta nutrientes, agua, factores de crecimiento, enzimas digestivas y anticuerpos maternos. La mayoría de los anticuerpos y otros factores transmitidos a través del calostro se encuentran en forma de proteínas de gran tamaño que son absorbidas a través de la barrera intestinal, proporcionando inmunidad pasiva al neonato (1). Sin embargo, la capacidad del neonato para absorber estas proteínas se limita a las primeras 24-72 horas de vida; después de ese periodo de tiempo, el calostro no puede proporcionar inmunidad adicional al neonato. Además, es importante recordar que las crías solo pueden recibir protección frente a enfermedades para las que la madre haya sido vacunada o haya estado expuesta desarrollando inmunidad natural. Esta inmunidad pasiva protege al neonato hasta el destete, y suele durar hasta las 16 semanas de edad (1,10).

Todos los componentes del calostro son fundamentales para la supervivencia del recién nacido; la diferencia clave entre el calostro y la leche radica en el contenido de agua y la composición de nutrientes (1). El calostro contiene menos agua que la leche, por lo que su consistencia es pegajosa y es más espeso que la leche. El contenido de agua aumenta gradualmente desde el día 1 al 3 (1,10,11). Además, el calostro tiene una menor concentración de lactosa que la leche, mientras que la concentración de proteínas y grasas es mayor. El contenido energético de la leche va aumentando a medida que progresa la lactancia (1,10). No es hasta después de los primeros días de lactancia cuando los neonatos desarrollan abundantes reservas de glucógeno. Esta falta inicial de glucógeno hace que el neonato necesite alimento con elevada frecuencia, a veces hasta cada 2 horas durante la primera semana de vida.
El segundo motivo de preocupación importante en el caso de los gatitos y los cachorros recién nacidos está relacionado con la incapacidad de mantener su temperatura corporal. Los neonatos deben estar a una temperatura ambiental de en entorno a 85-90°F/ 29,4-32,2°C durante la primera semana de vida, y de 80-85°F/26,7-29,4°C durante la segunda semana, ya que carecen de la capacidad de termorregulación (Figura 2). Si los neonatos no se mantienen calientes, corren el riesgo de sufrir hipotermia. Esto puede provocar dificultades para tomar el alimento y, si son alimentados por sonda, pueden tener problemas para digerir el alimento. Además, los recién nacidos que no se alimentan pueden ser rechazados por la madre (1,10-12). La mejor fuente de calor es la madre. Después de 6 días, los neonatos son capaces de temblar, pero siguen siendo muy sensibles al frío, por lo que es extremadamente importante mantener el entorno cálido y sin corrientes de aire durante las primeras semanas de vida.

Gatitos y cachorros huérfanos
Los gatitos y los cachorros criados por su madre no suelen tener problemas nutricionales y para realizar el destete se debe utilizar un alimento de crecimiento adecuado. Sin embargo, los neonatos huérfanos requieren más atención y otros métodos de alimentación. Los neonatos se consideran “huérfanos” cuando carecen del suficiente cuidado maternal para sobrevivir (11,12). Si existe la posibilidad de utilizar otra perra o gata lactante, lo ideal es intentar que esta acoja a los neonatos huérfanos. Los neonatos huérfanos tienen las mismas necesidades que los neonatos que tienen madre, es decir, también necesitan una nutrición y unas condiciones del entorno adecuadas. Si no se dispone de una madre de acogida, los gatitos y los cachorros se pueden criar a mano. Los neonatos muy jóvenes o débiles pueden necesitar la alimentación por sonda y los más mayores y sanos suelen alimentarse con biberón. Esta última opción es la más segura y fácil (Figura 3), pero puede requerir mucho tiempo, sobre todo si el tamaño de la camada es mayor de lo esperado. Con la formación adecuada por parte del equipo veterinario, la alimentación por sonda es una técnica que la mayoría de los clientes pueden dominar, lo que supone un método más rápido, aunque ligeramente más arriesgado, de proporcionar la nutrición adecuada (13).
La leche de vaca y cabra contiene menos grasa, proteínas, calcio y calorías que la leche de gata y perra, por lo que se deben evitar (10,12). La pauta de alimentación puede variar, pero normalmente al principio se administran entre 13-18 ml/100 g de peso corporal (con una fórmula que tenga una densidad calórica de 1 kcal/ml aproximadamente) y después se aumenta gradualmente el volumen de las tomas a medida que el neonato huérfano vaya ganando peso (1,10,13). Cada toma debe ir seguida de la correspondiente estimulación anogenital utilizando un bastoncillo de algodón o un paño caliente para estimular la micción y la defecación.
La relación caseína:suero en la leche también varía según la especie. La caseína es la proteína sólida de la leche, mientras que el suero es la proteína líquida. La cantidad de caseína puede afectar a la digestión de las proteínas, la utilización de los minerales y la composición de aminoácidos de la leche. En los gatos esta relación es de 60:40 y en los perros es 70:30 (1,10). Es importante señalar que, al igual que la leche de perra es inadecuada para los gatitos, la leche de gata tampoco es adecuada para los cachorros, debido a los niveles insuficientes de lactosa y calcio.

Evaluación de los cachorros y los gatitos huérfanos
El plan de alimentación se debe revisar regularmente tiendo en cuenta la salud general, el aspecto, el nivel de actividad, el estado de hidratación y el aumento de peso del cachorro o gatito huérfano. En el caso de los gatitos, el aumento de peso esperado es de ∼15-20 g/día (12), y en los cachorros de 4 g/día/kg del peso adulto previsto (13). Los gemidos o llantos crónicos pueden indicar malestar o hambre, lo que justifica la reevaluación del plan de alimentación; el peso bajo al nacer está relacionado con mayor dificultad para la supervivencia. En el Recuadro 1 se indican los pesos medios estándar al nacer.
Recuadro 1. Pesos medios estándar al nacer de los gatitos y los cachorros (3,11,12,14).
| Gatitos | 90-120 g |
|---|---|
| Cachorros de raza toy | 100-200 g |
| Cachorros de raza mediana | 250-350 g |
| Cachorros de raza grande | 350-500 g |
| Cachorros de raza gigante | 600-700 g |
En las primeras 24 horas de vida, los cachorros y los gatitos pueden perder algo de peso debido a una ligera deshidratación y a la defecación inicial (14), pero después, deberían ganar peso diariamente, duplicando su peso al nacer a los 7-10 días de edad. En un estudio se ha demostrado que los cachorros que perdieron >10% de su peso al nacer en los 2 primeros días de vida tenían muchas menos probabilidades de sobrevivir hasta el destete que los que mantuvieron o ganaron peso en ese tiempo (14). Por lo tanto, es importante que el equipo de la clínica veterinaria pese a todos los neonatos al nacer, a las 12 y 24 horas de vida, y después diariamente, registrando cuidadosamente los resultados para detectar cualquier cambio inesperado en el peso corporal (Figura 4).

Sustitutos de la leche
Es recomendable alimentar a los cachorros y gatitos huérfanos con un sustituto de leche materna (leche maternizada), ya que muchas recetas caseras no son adecuadas para satisfacer las necesidades del cachorro o gatito. Generalmente, estas recetas se han elaborado mediante prueba y error, y se desconoce su contenido real en nutrientes (10-12).
La asociación American Association of Feed Control Officials (AAFCO) no ha proporcionado unas directrices detalladas sobre el uso de sustitutos de la leche, por lo que se debe prestar especial atención a la información del fabricante respecto a la composición, análisis nutricional y eficacia en la administración, ya que esto ayudará a elegir la mejor opción (1). Es importante recordar que ni siquiera el mejor sustituto de leche materna puede proporcionar al neonato la variedad de anticuerpos que se encuentran en el calostro, por lo que se debe tener especial cuidado para mantener un entorno limpio y evitar la transmisión de enfermedades (1,10). Es esencial limpiar y desinfectar todos los materiales utilizados al administrar la leche (p. ej., biberones, tetinas, sondas) entre toma y toma. La leche una vez preparada se debe mantener fresca o refrigerada entre tomas para reducir la incidencia de contaminación bacteriana. Es aconsejable preparar el volumen de leche que se vaya a consumir en un periodo de 24 horas, manteniendo en la nevera la leche que sobre después de cada toma (11).
Nutrientes clave
Agua
El agua es el nutriente más importante en todas las etapas de la vida; sin embargo, el estado de hidratación puede ser difícil de evaluar en cachorros y gatitos neonatos. Los neonatos tienen menos grasa subcutánea, por lo que la turgencia/tensión de la piel es un indicador bastante impreciso del estado de hidratación. Los cachorros y gatitos con pigmentación clara que están bien hidratados suelen mostrar una coloración rosa intenso en la zona ventral, el hocico y las mucosas orales (Figura 5) (14), mientras que la deshidratación puede dar lugar a un color rosa/rojo más oscuro, pero esta valoración es muy subjetiva. Los neonatos deshidratados también pueden tener las mucosa oral y ocular secas; sin embargo, hay que ser cautelosos al evaluar la mucosa oral de los neonatos que han mamado recientemente, ya que la leche puede hacer que las mucosas estén resbaladizas, pudiéndose interpretar erróneamente como un estado de hidratación normal. La orina normal en los neonatos es diluida y sin color perceptible (14), por lo que cualquier coloración amarilla sugiere deshidratación.
Los cachorros y los gatitos necesitan una ingesta de agua relativamente alta. Un cachorro neonato necesita ~130-220 ml/kg de peso corporal al día, mientras que un gatito neonato necesita ~4,4-6,5 ml por 28 g de peso corporal (11,12,14). Los cachorros y gatitos huérfanos deben recibir ~180 ml de agua/kg de peso corporal al día para garantizar una alimentación correcta. Si es necesario, se debe administrar agua hasta alcanzar los 180 ml/kg de peso corporal cuando el sustituto de la leche no proporciona dicha cantidad en la dilución recomendada.

Energía
La leche de gata o perra tiene una digestibilidad energética superior al 95%. Esta digestibilidad tan elevada maximiza su uso y ayuda a los neonatos a sobrevivir durante las primeras semanas críticas. La leche de perra es muy energética y aporta unas 146 kcal (610 kJ)/100 g EB (energía bruta); la ingesta media diaria de calorías en los cachorros es de unas 240 kcal (1 MJ)/kg de peso corporal durante las cuatro primeras semanas de vida (12).
Los gatitos de menos de una semana toman un volumen diario de leche materna (o sustituto de leche) equivalente al 10-15% de su peso corporal; entre las semanas 1-4 el volumen diario de leche equivale al 20-25% de su peso (11).
Proteínas y aminoácidos
La digestibilidad proteica de la leche de perra es muy alta, con una retención de nitrógeno de ~90% durante la primera semana posparto. La leche de perra también tiene más del doble de proteína por volumen que la leche de vaca (7,5% vs 3,3%) (12), y también tiene un alto contenido de arginina, lisina y aminoácidos de cadena ramificada. A la hora de evaluar y formular los sustitutos de leche, se debe tener en cuenta este perfil de nutrientes, ya que también refleja la enorme actividad anabólica de los cachorros a esta temprana edad. Las necesidades proteicas se deben satisfacer mediante la ingesta de volumen de leche necesario para aportar la energía que necesitan.
No se han establecido las necesidades mínimas de proteínas en los gatitos lactantes, aunque se supone que son similares a las de los gatitos destetados, en torno al 18-20% de MS (materia seca). El porcentaje de proteínas en la leche materna oscila entre el 33-44% de MS (11).
Es muy importante que cualquier sustituto de la leche tenga un contenido adecuado de proteínas y aminoácidos esenciales. El aporte adecuado de arginina e histidina es esencial, ya que una deficiencia puede dar lugar a la formación de cataratas en los neonatos y puede provocar anorexia y trastornos del crecimiento. La taurina es esencial para el crecimiento y desarrollo normal del gatito; la leche de gata aporta unos 300 mg de taurina/l, pero si la gata ingiere un alimento bajo en taurina, el contenido de taurina de la leche disminuye significativamente, lo que puede afectar al crecimiento y desarrollo del neonato. La leche de vaca es deficiente en taurina, por lo que siempre que se utilicen recetas caseras con leche de vaca es necesario suplementar con taurina (30 mg de taurina/100 ml de leche).
Grasa
La grasa de la leche es una fuente importante de energía y ácidos grasos esenciales para los gatitos lactantes. La alimentación de la gata influye en la calidad y cantidad de grasa de la leche, lo que posteriormente se traducirá en la composición de la grasa corporal del neonato. El contenido de grasa de la leche de gata aumenta a medida que transcurre la lactancia con una concentración media del 28% de MS. La leche también aporta los ácidos grasos esenciales, linoleico y araquidónico, con un 5,8% y un 0,5% de MS respectivamente. El ácido docosahexaenoico (DHA) también es esencial para el desarrollo y la funcionalidad de la retina, y la ingesta de DHA de la gata se reflejará en la concentración de DHA de su leche. El porcentaje recomendado de DHA y ácido eicosapentaenoico (EPA) para gatitos después del destete es de 0,01%, de forma que el EPA no represente más del 60% del total de DHA y EPA. Se ha indicado que estos niveles también son adecuados para las fórmulas de leche para gatitos huérfanos.
La leche de perra debe contener 9 g o más de grasa/100 g de leche. La leche de perra tiene un alto porcentaje de ácidos grasos insaturados y es rica en ácido linoleico. Hay que recordar que la grasa de la leche y la composición de ácidos grasos son componentes muy variables de la leche, y a menudo reflejan la ingesta de la perra. La composición de ácidos grasos de la leche puede verse influida por el tipo de grasa que ingiere la madre y el perfil de ácidos grasos de los depósitos de grasa endógenos.
En perros jóvenes se ha demostrado que la funcionalidad de la retina mejora cuando reciben alimentos que contienen ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (n-3) durante la gestación y la lactancia (15). El porcentaje de EPA no debe superar el 60% de la cantidad total de DHA y EPA, por lo que el porcentaje de DHA debe ser como mínimo el 40% del total de DHA y EPA, o el 0,02%. También se ha demostrado que el DHA mejora el aprendizaje en perros (16). El ácido linoleico es necesario para el crecimiento normal y el porcentaje de ácido linoleico en la leche de perra es el 4,9% MS.
Hidratos de carbono
La concentración de lactosa en la leche de gata oscila entre el 14-26% de MS, pero no se han establecido las necesidades de hidratos de carbono para los gatitos lactantes. Es importante que el equipo veterinario advierta a los tutores que la sobrealimentación con leche de vaca puede provocar diarrea, hinchazón y malestar abdominal en gatitos debido al metabolismo bacteriano de la lactosa no digerida en el intestino grueso. Por lo tanto, se les debe aconsejar que limiten la cantidad suministrada y dejen de utilizar leche de vaca en caso de intolerancia.
Los niveles de lactosa (el principal carbohidrato de la leche) en la leche de perra varían entre el 3,0-3,5%, lo que supone un ~30% menos que la leche de vaca. La lactosa debe ser la principal fuente de carbohidratos durante las primeras semanas de vida de un cachorro recién nacido para evitar la diarrea. La actividad de la amilasa pancreática es insignificante a las cuatro semanas de edad y baja a las ocho semanas mientras que, por el contrario, la actividad de la lactasa intestinal es alta hasta aproximadamente los cuatro meses de edad.
Calcio y fósforo
La concentración de calcio en el calostro felino es baja (0,22% MS), pero hacia la mitad y finales de la lactancia aumenta al ~ 1% MS, ya que las necesidades de calcio son limitadas inicialmente y después aumentan con la mineralización ósea y el crecimiento. La concentración de fósforo en la leche no varía del mismo modo. La relación calcio-fósforo aumenta desde un mínimo de 0,4:1-0,8:1 en el día 1 de lactancia hasta aproximadamente 1:1 entre las semanas 1 a 3 (11,17).
La concentración de calcio en el calostro canino es muy alta, pero disminuye y es inferior al de la leche madura al cabo de dos o tres días. La relación calcio-fósforo se mantiene constante en torno a 1,3:1. Los niveles de calcio y fósforo en la leche son similares entre las diferentes razas caninas.
Es recomendable alimentar a los cachorros y gatitos huérfanos con un sustituto de leche materna, ya que muchas recetas caseras no son adecuadas para satisfacer las necesidades del cachorro o gatito. Generalmente, estas recetas se han elaborado mediante prueba y error, y se desconoce su contenido real en nutrientes.
Conclusión
La nutrición desempeña un papel fundamental en la salud y el desarrollo de los gatitos y los cachorros e influye directamente en el sistema inmunitario, la composición corporal, el ritmo de crecimiento y el desarrollo del esqueleto. La alimentación del neonato es un factor controlable y quizá sea el más importante para su salud. Es fundamental que el equipo veterinario tenga en cuenta que el objetivo del plan de alimentación de los gatitos y cachorros es conseguir que se conviertan en adultos sanos, por lo que se debe garantizar un crecimiento sano y un desarrollo óptimo, minimizando al mismo tiempo los factores de riesgo de enfermedad.
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